lunes, 24 de noviembre de 2008

Crisis terrible

ENTREVISTA A SANTIAGO NIÑO BECERRA

"En 2010 empezará la crisis de verdad y será brutal, terrible"

El catedrático de Estructura Económica de la Ramon Llull augura que la recesión durará diez años

David Ruiz La Vanguardia, Barcelona 03/10/2008 Actualizada a las 02:28h

Santiago Niño Becerra, nacido en Barcelona hace 57 años, es un hombre que habla claro. Catedrático de Estructura Económica, es profesor en la Facultad de Economía IQS de la Universitat Ramon Llull. Considera que la situación económica mundial va a ir "tendencialmente a peor" en los próximos tres años y que todas las medidas que se están aplicando no van a servir porque responden a un viejo manual que ha quedado obsoleto.

-¿Estamos ya en crisis? -No, que va. Yo diría que estamos en "precrisis". La crisis empezará a mediados de 2010. Pero es que, además, lo que viene ahora y lo que vendrá no se parece en nada a lo que vivimos en 1993 o en el 2000. Esto es otra película, es una crisis sistémica. De parecerse a alguna cosa, se parecería al "crack del 29".

-¿Por qué es una crisis sistémica? -Porque la manera como está funcionando el sistema se tiene que cambiar. En 1993 hubo un problema, se inyectó dinero en forma de crédito y se acabó. En 2000, lo mismo. Ahora no. Aplicamos un manual viejo que ya no funciona. Se han agotado las herramientas que se pusieron en marcha como el hiperconsumismo, el hipercrédito o la hiperdeuda y pasamos a otra película…

-¿Cuándo empezó esta "precrisis"?

-En septiembre de 2007 cuando se manifestó el problema de las subprime. -¿Y hasta cuándo durará?

-Se alargará hasta junio o julio del año 2010. La tendencia dentro de este periodo será a peor. Esto no significa que un día la bolsa suba o que otro baje. En 2010 empezará la crisis de verdad. Caída "a plomo" hasta mediados de 2012. Habrá un hundimiento a nivel económico, y será a nivel mundial.

-¿Qué pasará a partir de 2010? -Durante el periodo 2010-2012 el nivel de la caída será brutal, terrible. Habrá economías que sufrirán muchísimo, por ejemplo la española, la alemana, la estadounidense o la china. Habrá un periodo de estancamiento hasta 2015 y, a partir de ahí, comenzará un periodo de recuperación muy lento hasta 2018-2020. Estamos hablando de una duración de 10 años, similar a la "Gran Depresión" norteamericana de la década de 1930.

-¿El capitalismo ha llegado a su fin?

-El colapso del sistema capitalista aún no se ha producido. Los sistemas tienen una vida de 250 años. El capitalismo empezó entre 1815 y 1820 y terminará más o menos en 2070. Lo que ahora vivimos es una crisis de ajuste, como ocurrió en 1929. Las características del capitalismo no cambiarán pero el ajuste que se hará será muy importante.

-¿Cuáles son las posibilidades que tenemos para capear el temporal? -Nada. Esto ha de pasar. Es inevitable.

-¿Pero los ciudadanos no tienen ninguna opción para intentar salir menos afectados?

-Yo siempre recomiendo que si alguien tiene deudas, que no se endeude más. Quien no tenga, que no se endeude y si una persona tiene deudas y dinero ahorrado, que lo dedique a reducir deuda. Otra cosa es que, antes de comprar nada, la gente se pregunte si realmente lo necesita. Que calculen muy bien cuales son las expectativas de sus ingresos y adapten el gasto. Lo que no sea necesario, no es importante.

-¿Habrá muchas empresas que puedan aguantar esta situación?

-No, habrá cierres en cascada. La evolución será cada vez a peor y, a partir de 2010, se acelerará.

-¿La culpa es de los bancos y las inmobiliarias?

-La culpa no es de una persona o de un grupo de personas. Las medidas que se han tomado han llevado al desastre. Pero si estas medidas no se hubieran tomado, no se hubiera crecido como se ha crecido. Y todos hemos estado muy contentos de crecer así.

-¿Habrá bancos que quebrarán?

-Sí, pero aunque un banco haga fallida no pasa nada. El problema es que, dentro de un escenario como el actual, que un banco caiga supone un torpedo a la confianza. El sistema que hemos montado no está atado con cables de titanio, está unido con algo tan intangible como es la confianza que, cuando se rompe, ya no se puede reparar.

-¿Es una buena decisión que los Gobiernos usen dinero público para salvar a las empresas?

-No servirá de nada. Se tiene que hacer porque el modelo dice que es lo que debe hacerse. Esto sirve para tapar un agujero, pero se abrirá otro. Estamos hablando de cifras tan brutales que es imposible tener dinero suficiente para tapar todos los agujeros.

-¿Cómo sabremos que estamos saliendo de la crisis?

-La recuperación se percibirá en el ambiente. El primer síntoma de la recuperación vendrá hacia 2012 porque no iremos a peor. El segundo signo será que algunas personas empezarán a hacer cosas.

-¿El resultado de esta crisis será la aparición de una nueva potencia económica?

-Yo opino que la figura del Estado irá a menos y que las grandes corporaciones tendrán más fuerza. Creo que General Electric es la primera corporación del futuro, es un caso a estudiar. En el futuro habrá más eficiencia, orden, aprovechamiento,…

-¿Grandes corporaciones como las de la película "Rollerball", que planteaba un futuro en el que las grandes corporaciones controlaban el mundo?

-Sí, eso mismo.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Judíos neonazis

Cárcel para ocho jóvenes judíos neonazis en Israel

Los jóvenes tenían previsto celebrar el cumpleaños de Hitler en el Museo del Holocausto

AGENCIAS - Jerusalén - El País, 23/11/2008


Ocho jóvenes judíos israelíes han sido condenados este domingo a entre uno y siete años de prisión por pertenencia a una banda neonazi. Los integrantes de este grupo, que se autodenomina Patrulla 36, están acusados de atacar brutalmente a drogadictos, homosexuales, inmigrantes y a judíos religiosos tocados con la tradicional kipá.

Los jóvenes, con edades comprendidas entre 16 y 21 años y procedentes en su mayoría de países de la antigua Unión Soviética, han sido declarados culpables por el Tribunal del Distrito de Tel Aviv por agresión, conspiración para cometer asesinato e incitación al racismo. La noticia de la existencia de grupos neonazis en Israel, un estado fundado tras el Holocausto nazi en el que murieron millones de judíos, ha provocado una ola de rechazo.

El acta de acusación indica que los ocho adolescentes tenían previsto celebrar una ceremonia en el Museo del Holocausto (Yad Vashem) para celebrar el cumpleaños de Adolf Hitler y "jurarle fidelidad y prometer preservar la raza blanca hasta su última gota de sangre".

El que estos neonazis "sean judíos que han emigrado a Israel y han elegido adoptar teorías racistas es muy grave", reza el vereticto emitido por el juez Tsvi Gurinkel, y añade que "no es posible para esta Corte ser indulgente, a pesar de las circunstancias y de la juventud de los acusados"

Los ocho jóvenes vivían en Petah Tikva, cerca de Tel Aviv, donde la banda realizaba vídeos de los ataques perpetrados, en los que se observa que todos ellos vestían indumentaria típica de los cabezas rapadas neonazis mientras atacaban a sus víctimas. Durante las investigaciones policiales los agentes hallaron en las viviendas de los ocho uniformes, retratos de Adolf Hitler, armas de fuego y explosivos, informa la cadena británica BBC en su página web.

Otra paradoja más de la lista de contradicciones creadas por este suceso, cuyos protagonistas fueron detenidos en 2007 aunque hasta este domingo no se ha producido la condena, es que de que uno de los condenados es nieto de un superviviente del Holocausto nazi. Además, todos los detenidos migraron a Israel gracias a la Ley de Rotorno, que permite la nacionalización a todo aquel con al menos un abuelo judío.

Entrevista a Paulo Coelho

ENTREVISTA: PAULO COELHO Escritor
"Me da miedo mi pasado"
G. ALTARES / C. GELI - Francfort - 23/11/2008


"Unos nueve o diez al año". Las cifras son, claro, ventas en millones de ejemplares, y las pronuncia Mônica Antunes, la Bruja de Barcelona, como la conoce aterrorizado medio mundo editorial, el que ha de tratar con ella como dura agente del escritor Paulo Coelho (Rio de Janerio, 1947), estrella literaria de Feria de Francfort que se celebró el mes pasado. Este certamen literario le invitó a dar la conferencia inaugural y allí recibió el homenaje de medio centenar de editores (una fiesta comentadísima, con 400 invitados y el autor cantando con Gilberto Gil) tras alcanzar los 100 millones de libros vendidos. "Bueno, eso fue el pasado octubre: ahora son ya casi 110", matiza, sin pretensión alguna, Mónica Antunes, responsable de una agencia, Sant Jordi Asociados, que trabaja exclusivamente para la galaxia Coelho.

Su biografía narra una juventud de satanismo, drogas y manicomios
"Hubiera acabado sabiéndose. No tenía sentido ocultarlo. Es mi vida. Salí de eso"


Cumple Coelho con el ritual: de negro riguroso de arriba abajo, que llevaría a pensar en alguna especie de uniforme sacerdotal si no fuera por su gesticulación y un brillo de diablillo en los ojos. Desprende gran tranquilidad o confianza en sí mismo. La debe tener porque de no ser así no hubiera dado la llave del baúl de su vida al periodista brasileño Fernando Morais para que sacara de él 170 cuadernos manuscritos y 94 CD de audio donde el escritor fue notarialmente dando fe de su vida desde que tenía 12 años hasta 1995. El fruto ha sido la voluminosa biografía (más de 600 páginas) El mago, vendido ya a 21 idiomas y que Planeta distribuye estos días en las librerías españolas.

El libro es una bomba. La vida de Coelho ha sido un blanco o negro, un yin y yan constante: nació casi muerto por problemas con el líquido amniótico y sus heces; de pequeño organizó sectas secretas; fue un desastre total como estudiante; atropelló casi mortalmente con un coche que llevaba sin carnet a un joven y se dio a la fuga; ese episodio acabó deteriorando aún más las relaciones con sus padres, que le encerraron en un manicomio que visitó tres veces en su juventud y donde fue tratado con electroshock. Antes, había intentado sucidarse con gas. Y para calmar al que llamaba "el ángel de la muerte", por no haber cumplido, degolló una cabra de un vecino en un particular rito.

El descenso al infierno fue vertiginoso: apagó un cigarrillo en la pierna de una de sus múltiples, simultáneas y bellas novias para comprobar si le quería; a otra, bajo la tesis de "la cura por desesperación", le alentó su intento de suicidarse porque finalmente, dice, sabía que no lo acabaría cumpliendo... Época de teatrero sin fortuna, de hippy, de asiduo a todas las drogas posibles y de practicante homosexual para descartar inclinaciones. Y en su enésima desesperación vital se apuntó a la magia y se convirtió en fiel seguidor de los mandatos de Aleister Crowley y del satanismo, hasta el extremo de tener un joven esclavo. Detenido por supuestas actividades políticas extremistas, y tras una cierta estabilidad componiendo canciones para artistas, el famoso Camino de Santiago que emprendió con 39 años, a manera de epifanía, le decidió a hacer lo que anhelaba desde los 13 años: ser escritor. Desde entonces, fama sin fin y vida antitética.

"Leí el original el pasado mayo y mi mujer lloró tras acabarlo. 'Sufriste mucho', me dijo; yo, la verdad, no recordaba muchas cosas, pero no creo que sufriera: cuando uno está luchando, no sufre". Hoy, admite que aquella etapa de su vida fue excesiva: "Sí, me da miedo mi pasado: llegué demasiado al límite de muchas cosas y más cuando arrastraba conmigo a otras personas". ¿Por qué facilitar que salga a la luz este pasado oscuro de hoy un adorado escritor? "Hubiera acabado sabiéndose igualmente. No tenía sentido ocultarlo: es mi vida. Al fin y al cabo, salí de eso, luego vencí".

Se cumplió también con él una de sus premisas: cada día, en la vida de uno, hay un momento para cambiar: "No hay otra virtud en la vida que ser valiente. No hay nadie que no vea su oportunidad en la vida; el cambio está ahí. Lo que ocurre es que entre el momento y el valor de cambiar hay una separación de 200 océanos", sentencia.

El número 200 lo utiliza también para intentar cuantificar razones que explican su éxito, pero serían todas falsas. "No lo sé, de verdad; ¿me cree?". ¿Quizá la pérdida de valores de la sociedad ha facilitado su discurso? "No escribo sobre espiritualidad; en cualquier caso, la tempestad viene ya desde poco antes de la I Guerra Mundial; la desorientación de la sociedad es hoy total. ¿Dónde está la alegría de vivir? Estamos en unos tiempos en que la gente está totalmente controlada vigilada y hastiada". ¿La crisis que estamos viviendo purificará? "Esta sociedad no va a aprender nada de esta crisis económica porque las autoridades intervinieron demasiado pronto, la Bolsa tenía que haber caído y caído para encontrar otra salida... Es mi lado jesuítico: de una buena purga sales purificado; así, sólo volveremos a caer más pronto que tarde".

La intransigencia imperante es la consecuencia de este estado, según Coelho: "Estamos cercados por todo fundamentalismo. Ojo con lo que puede ocurrir en EE UU ahora que ha ganado Obama porque buena parte de su país no lo quiere por ser negro: la violencia física podría reaparecer". También da caña al actual Papa: "Soy católico, practicante y pecador, pero este Papa es un desastre: está siempre con sus dogmas religiosos y entrometiéndose en temas políticos; es bastante culpable del fundamentalismo católico imperante", sentencia.

Con 18 libros publicados, traducidos a 67 lenguas en 160 países, el autor de El alquimista puede permitírse casi todo en el mundo del libro. Como asegurar "soy un pirata de mí mismo" y defender, con un discurso que dejó estupefactos a los responsables de la feria, el free copyright que practica: en su página web puede descargarse alguno de sus títulos.

En su caso, como en su vida, debe haber magia: de cada libro así ofrecido acaba vendiendo luego en papel diez veces más. O cien o mil. "No sabemos qué pasa más allá de la curva del río de la vida; ésa es la belleza de nuestro mundo; es posible que vaya con una corriente que hoy el sector editorial no sepa o no quiera saber que existe, pero el lector ya no es pasivo y no podemos seguir actuando igual ahora que existe Internet, a menos que queramos que al libro le pase lo de la música y el cine", argumenta Coelho, que dedica tres horas diarias a navegar por la red. ¿Y los editores entienden la jugada? "No pregunto a los editores, no suelo hacerlo".

Una de las mayores ilusiones de Coelho ahora es retirarse tres meses en un monasterio ("con Internet, eso sí") o volar en un avión supersónico ("los ejércitos del aire canadiense y español ya me han ofrecido esa posibilidad"). De nuevo, el Coelho dicotómico. "Soy contradictorio, pero eso debería ser inherente al ser humano; sin confrontación no hay evolución; la clave en esta vida es desear algo mucho, pero cuidado porque el universo es amoral; funciona contigo o con tu deserción".

Para el año que viene Coelho prepara El vencedor está solo, y llegará la versión cinematográfica de Verónica decide morir. ¿Es feliz Coelho? "Depende, hay momentos, pero quizá estoy más contento que feliz; eso sí, duermo bien".

Crisis

Cuando las cosas van de verdad mal

La gravedad de la crisis hace temer a los más pesimistas que la recesión derive en depresión

RAMÓN MUÑOZ El País, 23/11/2008

Si tiene dificultades para pagar la hipoteca, teme por su puesto de trabajo o ya lo ha perdido, no es aconsejable que lea este artículo. En él se recogen las tesis de quienes piensan que no estamos ante una crisis más, ni siquiera ante esa recesión que ya se reconoce abiertamente, sino ante una gran depresión económica que se extenderá mucho más allá de dos años y cuyas consecuencias financieras, sociales y hasta políticas cambiarán el mundo tal y como lo conocemos, además de tener un efecto devastador sobre el Estado del bienestar y la clase media en que se sustenta. Tal vez se equivoquen. O tal vez no.

Corralito en la Vieja Europa: Icesave bloqueó los ahorros de sus clientes
La banca española tiene sus propias hipotecas 'basura' bajo la alfombra
Los mercados han dado la espalda a la cumbre financiera con más desplomes
El rescate está trasladando el riesgo de los bancos a los Estados
La caída en Bolsa es ya mayor que en el 29 y nadie sabe donde está el suelo


Nunca se habían conjuntado tantos peligros: el hundimiento del sistema financiero, con bancos y Estados de primer nivel al borde de la quiebra, y el empobrecimiento general de grupos de población que sortearon crisis anteriores sin mayores problemas. Comoquiera que se trata de un fenómeno sin precedentes, para tener elementos de comparación sólo podemos retrotraernos a la Gran Depresión posterior a 1929, que sumió al mundo civilizado en una década de penurias y desembocó en la II Guerra Mundial, y más recientemente, al llamado corralito, que bloqueó a finales de 2001 los ahorros de los ciudadanos argentinos, haciendo saltar en pedazos el sistema financiero y poniendo a Argentina en el umbral del Tercer Mundo.

Para los que consideren desmedida la comparación, o propia de iluminados, tal vez les hubiera convenido entrar en la página web www.icesave.co.uk hace unas semanas. Nada más abrirla se podía leer: "Actualmente no estamos procesando ninguna petición de retirada de dinero ni de depósitos a través de las cuentas de Internet. Sentimos los inconvenientes que les pueda causar a nuestros clientes". Se trata de la página del banco islandés Icesave en el Reino Unido, y en ella se anunciaba sencilla y llanamente que los depósitos de todos los clientes del país estaban bloqueados. ¡Corralito puro y duro, y en la Vieja Europa! Un total de 350.000 ahorradores en el Reino Unido y Holanda, que han depositado más de 7.000 millones quedaron atrapados. La quiebra del Estado de Islandia tiene la culpa. El país nórdico no es Argentina. En la última clasificación de la ONU de finales de 2007 figura como el país donde mejor se vive en el mundo... o se vivía. Finalmente, el Gobierno británico ha tenido que acudir al rescate de sus ahorradores.
Nadie dice que la situación actual tenga las mismas causas que la del 29 o la argentina, salvo el ánimo especulativo y la falta de confianza, pero algunos piensan que la herencia que dejará sobre la economía real puede asemejarse mucho. Entre ese legado negro está la desaparición de riqueza por el desplome continuado de los mercados bursátiles, el temor de miles de ciudadanos de perder los ahorros que tienen en los bancos, el aumento desorbitado del paro, el empobrecimiento de las familias y las crecientes dificultades de las administraciones públicas para hacer frente a sus compromisos de pagos, incluyendo los sueldos de funcionarios. Ese paralelismo permite sacar algunas lecciones muy provechosas de lo que pasó en el 29 y puede que esté a punto de ocurrir ahora.


Frente a la legión de expertos oficiales, que aplauden al unísono los planes de rescate de la banca como antídoto ideal contra esta crisis, otros analistas, ciertamente los menos, estiman que esa intervención no servirá para tapar el enorme agujero negro en el que se ha convertido el sistema financiero.

El economista jefe de HSBC, Stephen King, está entre los discrepantes. A diferencia de crisis recientes como la burbuja tecnológica de comienzos de este siglo o la japonesa de los ochenta, opina King, la actual conjuga los tres elementos que se dieron en la Gran Depresión: el colapso financiero asociado con bancarrotas de entidades, la restricción del crédito y la desconfianza ciudadana sobre la capacidad de los Gobiernos para solucionar la crisis. "Nadie quiere participar en una danza de la muerte financiera. Muchos se consuelan diciendo que ya se han aprendido las lecciones de la década de los treinta y que hoy sería imposible vivir otra gran depresión. Las posibilidades de que suceda son todavía pequeñas. Pero se olvida con frecuencia que hay que cumplir tres lecciones para evitar la depresión: primero, inyectar dinero al sistema; segundo, asegurarse de que los Gobiernos coordinen sus políticas, y tercero, no permitir que la deuda y el nivel de apalancamiento se disparen. Y, por el momento, sólo se ha atendido a la primera".
En el 29, las cosas sucedieron así: "Wall Street lanzó la toalla y sencillamente se derrumbó. Algunos de mis conocidos perdieron millones. Yo tuve más suerte. Lo único que perdí fueron 240.000 dólares (o 120 semanas de trabajo, a 2.000 dólares por semana). Habría perdido más, pero era todo el dinero que tenía. El día del hundimiento final, mi amigo, antaño asesor financiero y astuto comerciante, Max Gordon, me telefoneó desde Nueva York. Todo lo que dijo fue: '¡La broma ha terminado!'. Antes de que yo pudiese contestar, el teléfono se había quedado mudo... se suicidó. En toda la bazofia escrita por los analistas del mercado me parece que nadie hizo un resumen de la situación de una manera tan sucinta como mi amigo el señor Gordon. En aquellas palabras lo dijo todo". La cita proviene de un artículo de Groucho Marx que es posiblemente el más lúcido análisis que se ha hecho del 29.


El genial actor se arruinó como miles de ciudadanos. Ahora son millones los que están perdiendo sus ahorros o el complemento de sus pensiones en los parqués bursátiles, aunque posiblemente aún no sean conscientes de ello. En los treinta, apenas un 4% de la población invertía sus ahorros a través de los agentes de cambio y Bolsa. Actualmente, el 47% de la población, bien directamente o bien a través de fondos de pensiones o de inversión, tiene ahorros en los mercados de valores, que se están esfumando. Sólo dos fondos de pensiones españoles están en positivo este año, por ejemplo.

La volatilidad y el quebranto sufrido son, para algunos analistas, ya similares a los de hace 79 años. Incluso las pérdidas de Wall Street de la semana del 6 al 10 de octubre pasado superaron a las de la llamada Semana Negra del crash del 29. Nos hemos acostumbrado a movimientos sísmicos diarios de hasta el 10%, impensables hace unos meses. Volkswagen es el símbolo de esa irracionalidad casi surrealista de los mercados. Pese a la crisis general de las firmas automovilísticas, un movimiento especulativo la convirtió el 28 de octubre en la compañía con mayor valor bursátil del mundo, llegando a valer más que las 20 mayores compañías del Ibex juntas.

En España, todos los valores que componen el Ibex menos uno han tenido rentabilidad negativa, y 27 de las 35 firmas han perdido más de la mitad de su valor en dos años. Si tiene dinero en Bolsa, puede extraer una lección de la debacle del 29, y hacer oídos sordos a quienes le animen a comprar gangas ante los bajos precios que han tocado los principales valores. Nadie puede asegurar si esta es una oportunidad de compra o si lo peor puede estar por venir. Quien compró acciones en 1929 debió vivir hasta 1954 para recuperar su inversión. Pero a quien pensó que después del crash podía forrarse no le fue mucho mejor porque el desplome continuó hasta julio de 1932, cuando el Dow Jones volvió a niveles de 1800, perdiendo el 90% de su valor respecto a los máximos del feliz 1929. Este dato derriba una de las falacias financieras más extendidas, la de que, pese a las fluctuaciones, la Bolsa es siempre la inversión más rentable a largo plazo. Nadie sabe dónde está la Bolsa y si ha tocado suelo.

El economista y profesor Nouriel Roubini, uno de los pocos que pronosticaron el actual crash financiero, va más lejos: "Aunque los mercados saben ya que las administraciones van a hacer todo lo que está en su mano, no reaccionan, seguirán cayendo. Se han convertido en una fuerza destructiva, el pánico se ha apoderado de ellos, ya no funcionan. Cada vez estoy más convencido de que hace falta un cortocircuito, un cierre temporal de los mercados para recomponer las cosas", decía en una entrevista con EL PAÍS.

En el 29 se hizo célebre el chiste de los recepcionistas de los principales hoteles de Nueva York. Cuando un hombre de negocios iba a registrarse le preguntaban: "¿Quiere usted la habitación para pasar la noche o para tirarse por la ventana? En el segundo caso, le rogamos que pague por adelantado". En 2008 no hay constancia de que haya aumentado la tasa de suicidios entre los brokers financieros. No es de extrañar. Pese a haber causado la ruina a los accionistas de sus firmas, se han embolsado indemnizaciones multimillonarias. Como dice una viñeta cómica que circula por Internet, "en el 29 los banqueros se tiraban por la ventana y ahora tiran la casa por la ventana".

Muchos más motivos de preocupación que los banqueros tienen ahora sus clientes. Temen por su dinero. La quiebra de Lehman Brothers en septiembre pasado disparó todas las alarmas al dejar a miles de clientes sin su inversión, entre ellos alrededor de 5.000 españoles que siguen pugnando por recuperar 3.000 millones de euros.

"No puede haber otro Lehman", clamaron los banqueros, asustados. Y los Gobiernos corrieron al rescate con un cheque en blanco firmado, claro está, por el sufrido contribuyente. Los fondos inyectados a los bancos tratan de evitar precisamente lo ocurrido en la Gran Depresión, cuando 3.000 bancos suspendieron pagos y los ahorradores vieron esfumarse 140.000 millones de dólares.

Desde las tribunas oficiales dicen que, gracias a los planes de rescate que no hubo entonces, esa situación no se repetirá, y que el sistema financiero se estabilizará en 2009 o a lo sumo en 2010. Por el momento, un total de 17 entidades bancarias estadounidenses han quebrado. A excepción de Lehman, las más grandes se han librado de la bancarrota gracias al dinero público (Bear Stearns, Northern Rock, Fannie Mae, Freddie Mac, Alliance & Leicester, Merrill Lynch, AIG, HBOS, Washington Mutual, Fortis, Dexia, Bradford & Bingley, Hypo Real Estate, Wachovia). Pero ¿cuál es el límite de las arcas de los Estados para tapar el agujero financiero? Sólo los planes de rescate anunciados hasta ahora van a movilizar más de tres billones de euros y, como dice, Merrill Lynch en su último informe, lo malo de estas intervenciones es que tienden a expandirse por la petición de otros sectores, como el del automóvil, y nunca se sabe dónde está el final.
Pese a ello, la práctica totalidad de la clase política, economistas y opinólogos han adoptado el dogma de que esos planes son infalibles y que el sistema financiero está a salvo. Sus pronósticos no son muy fiables. Al comienzo de la crisis, en el verano de 2007, los mismos actores afirmaron que la inyección de miles de millones desde los bancos centrales y la Reserva Federal contendría el derrumbe del sistema financiero. Y la crisis se agravó. Luego probaron con el recorte de tipos de interés, y tampoco funcionó. ¿Por qué confiar ahora en la efectividad de los planes puestos en marcha por los mismos que erraron antes?


Algunos mercados ya han dado su respuesta empezando a dar la espalda a los planes políticos. Lo demostraron tras el anuncio del Plan Paulson y lo volvieron a demostrar tras la cumbre financiera de Washington celebrada el 15 de noviembre y llamada a apuntalar el sistema. Wall Street ha vuelto a desplomarse, siendo los bancos los valores más castigados.

En España, la solvencia de la banca se ha convertido en un auto de fe, incontrovertible. La banca nacional es la más sólida del mundo porque no está expuesta a los riesgos de las hipotecas subprime de EE UU y ha sido sometida a la estricta supervisión en materia de riesgos del Banco de España.

Pero bancos y cajas esconden bajo la alfombra sus propias hipotecas basura. Cada hogar español tiene que destinar el 48,7% de su renta (el 37% si pueden acogerse a deducciones fiscales) para pagar la hipoteca, un ratio muy superior al que, por ejemplo, tienen que afrontar los estadounidenses para pagar sus famosas subprime. No hay que trabajar en el Instituto Nacional de Estadística para comprender que entre los más de ocho millones de hipotecas concedidas en los últimos cinco años, miles de ellas fueron firmadas por mileuristas, inmigrantes o parejas con empleos poco estables que ahora están engrosando las listas del Inem a velocidad vertiginosa y no podrán hacer frente a los pagos. No pueden poner sus casas en venta porque se han depreciado y porque los que podrían comprarlas esperarán a que bajen más para hacerlo.
Los que suscribieron hipotecas crecientes, un producto muy de moda hace tres años, con las primeras cuotas muy bajas, para dar facilidades a parejas jóvenes e inmigrantes lo tienen aún peor. Las cuotas han crecido ya más del 50% y se han convertido en una trampa mortal. Se estima que unas 180. Los desahucios ya han comenzado a gotear. Un informe del Consejo General de Poder Judicial alerta de que las ejecuciones hipotecarias se han duplicado en el primer trimestre. Es sólo cuestión de tiempo que aumenten los sonajeros, como se conoce en la jerga bancaria a aquellos clientes que llegan a la sucursal agitando las llaves del piso o del coche y dicen: "Quédatelo, no puedo pagarlo".


Las familias deben un billón de euros en hipotecas y la morosidad se ha triplicado en un año hasta el 2,5%. Un informe de ING señala que a partir del 15% de morosos, el sistema se derrumbaría. El presidente de Caixa Catalunya, Narcís Serra, no descarta que se llegue al 9% en esta crisis. Nadie puede decir dónde llegará.

A la deuda de las familias, la banca española une el riesgo de los 400.000 millones que le adeudan inmobiliarias y constructoras, de forma que más del 60% de los préstamos que tienen concedidos los bancos están relacionados con el ladrillo. Y si el riesgo es tanto, hasta el punto de que el Estado les ha ofrecido 150.000 millones de euros en fondos y avales, ¿por qué los bancos españoles son los únicos que siguen presumiendo de beneficios y repartiendo dividendos?
Seguramente la primera razón es que están muy bien gestionados, como coinciden sus directivos, el Gobierno y hasta la oposición. Aunque también, en algunos casos, haya causas menos loables, como que den por buenos en sus balances muchos créditos que no lo sean tanto. Así sucede con las deudas que tienen contraídas las inmobiliarias, y que son renegociadas a medida que se cumplen los vencimientos al no poder afrontar los pagos. Es el caso de Metrovacesa (8.000 millones), Reyal Urbis (4.700 millones), Colonial (8.900 millones) o Sacyr Vallehermoso (18.500 millones), entre otras muchas. Si los bancos exigieran el pago en los plazos convenidos, abocarían a una cadena de suspensiones de pagos (actual concurso de acreedores) y, como ocurrió con Martinsa-Fadesa, no tendrían más remedio que provisionar las pérdidas en sus balances, que perderían ipso facto su brillo fulgurante.


Wolfgang Münchau, principal columnista de Financial Times, escribía el pasado 20 de julio: "El colapso de Martinsa-Fadesa ha sido un recordatorio, si es que alguien lo necesitaba, del masivo crash inmobiliario español que se avecina. El desastre financiero y económico es casi inevitable. No se dejen engañar por el hecho de que los bancos españoles no tengan posiciones en las subprime norteamericanas. Estar expuesto a las hipotecas españolas es probablemente peor". Así que tal vez los bancos y cajas españoles no sean tan seguros ni inmunes a la bancarrota.
Los problemas de los bancos no suelen formar parte de las tertulias de café o de vecindario. Salvo que los tertulianos teman por la seguridad de sus depósitos. Hasta diciembre de 2001, Argentina era conocida por el tango y por Maradona. El 1 de diciembre de ese año, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, anunció un paquete de medidas que incluía la prohibición a los ciudadanos de sacar de las cuentas más de 250 pesos cada semana para evitar así la masiva fuga de depósitos. A la medida se le llamó corralito, y ha quedado como definición universal del bloqueo de los ahorros. Largas colas frente a las sucursales, saqueo de cajeros, caída del comercio en un 50%, impago de los sueldos de los funcionarios y un paro brutal fueron las consecuencias visibles del corralito. La más sustancial fue la desaparición del grueso de la clase media, que nunca volvió.


La sombra del corralito planea ahora sobre Europa. El lunes 17 de septiembre de 2007, miles de clientes de Northern Rock, un banco inglés especializado en hipotecas, hacían cola para sacar su dinero. El banco finalmente no pudo afrontar las retiradas, y el Gobierno decidió nacionalizarlo en febrero de este año. En EE UU se intervino el Washington Mutual en septiembre. El banco se había quedado sin liquidez. En diez días, sus atemorizados clientes retiraron 16.700 millones de dólares.

Para calmar ese pánico, en octubre pasado todos los Gobiernos decidieron aumentar la garantía sobre los depósitos. Incluso así, ¿están realmente seguros los ahorros? La respuesta es que sí, pero si los planes de rescate fallan (aunque sean infalibles) y alguna gran entidad de crédito quiebra, no lo están tanto. El volumen de depósitos es tal que ningún Estado tendría capacidad para atender a una retirada masiva de efectivo. Sólo para hacerse una idea, el banco holandés ING (que goza de la mayor solvencia crediticia) tiene depósitos por 614.000 millones, equivalentes a más de lo que produce la economía holandesa en un año. Si se desatase el pánico y la gente acudiese masivamente a la ventanilla de su banco para sacar los ahorros, sólo queda el camino de la nacionalización, de la que ya hay un reguero de casos (AIG, Mutual, Northern, BPN...), o del corralito. Eso es así por definición en la banca, incluso en los momentos más boyantes, de ahí que garantizar los depósitos es la mejor forma de que no haya ese pánico.
La peor cara de la crisis es el paro masivo. Y ha llegado para quedarse pese a los planes de inversión pública. "Suponga que usted debe emplear un trabajador, y que sólo un hombre desea el empleo. Debe pagarle lo que pida. Pero suponga que hay cien hombres, y esos cien quieren ese empleo. Suponga que tienen hijos y que esos hijos tienen hambre. Suponga que una moneda de diez céntimos compra al menos una papilla para esos hijos. Ofrézcales solamente diez céntimos y se matarán unos a otros por conseguir el puesto". La cita es de Las uvas de la ira, el libro de John Steinbeck que describe las penurias de los Joad, una familia de granjeros a los que la Gran Depresión los dejó sin tierra, sin casa y en busca de trabajo. Lo más revelador de la cita es que se escribió en 1939, 10 años después del crash, cuando la tasa de desempleo era aún del 15%. No fueron las obras públicas impulsadas por el new deal del presidente Roosevelt las que hicieron desaparecer el desempleo, sino la II Guerra Mundial, que movilizó a 12 millones de jóvenes. Los Gobiernos apuntan ahora a la misma solución mágica con renovados new deal: inversión y ayudas públicas para paliar la ralentización en la actividad privada. Pero sin una guerra mundial en ciernes, el paro no cederá. Los puestos que se destruyen ahora a toda velocidad pueden tardar mucho en recuperarse, incluso una década.


De ese marasmo laboral nadie está libre, ni los funcionarios. En Argentina, miles de docentes, médicos y empleados de las administraciones de provincias vieron retrasado el pago de sus nóminas. Aquí, los ayuntamientos y las autonomías ya comienzan a sufrir esa asfixia financiera. Los profesores universitarios de Valencia y Madrid ya han denunciado que sus nóminas están en peligro. Las entidades locales se han vuelto las primeras morosas. Las contratas de limpieza, seguridad y otras tardan más de ocho meses en cobrar. Ayuntamientos como el de Madrid han suspendido las obras públicas. En las crisis, los funcionarios están a resguardo. Nadie está seguro en una depresión.

España será uno de los países que lo pasarán peor. La OCDE pronosticó esta semana un retroceso de la economía del 0,9% y un 14% de paro para 2009. En el FMI son aún más catastrofistas. Al sector de la construcción, dado ya por muerto, está a punto de unírsele el del automóvil, que ha activado el eyector laboral con la regulación de 10.000 empleados, y hay quien teme que aprovechen la crisis para desmontar la tienda e irse para siempre.

Tampoco es éste un análisis alarmista. Basta mirar la página web oficial de General Motors. En un vídeo titulado GM lo cuenta tal como es, la compañía apunta un panorama apocalíptico si el Gobierno estadounidense no accede a aprobar un rescate para la industria automovilística, en el que más de tres millones de personas perderían su puesto de trabajo, y otras tantas, el seguro médico y hasta la pensión.

Puede que el enfoque de este artículo yerre. Puede que los planes de rescate funcionen, que la economía se recupere y que se creen millones de puestos de trabajo. Y que estemos, por tanto, ante un simple ejercicio de economía ficción, un género que cuenta con muchos adeptos, a juzgar por algunas afirmaciones. "La crisis de las hipotecas de EE UU no va a afectar de forma importante a la economía española" (José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, 22 de agosto de 2007). "En pocos años, entre el 2010 y el 2012 vamos a conseguir en España el pleno empleo" (Jesús Caldera, ministro de Trabajo, 16 de julio de 2007).

Pero si finalmente ocurre lo peor, quedémonos con el consejo de Groucho Marx, al poco de arruinarse en el crash del 29: "Creo que el único motivo por el que seguí viviendo fue el convencimiento consolador de que todos mis amigos estaban en la misma situación. Incluso la desdicha financiera, al igual que la de cualquier otra especie, prefiere la compañía". -

El límite de la ayuda pública

Todo lo mortal se arregla con dinero, reza el dicho popular. Los Gobiernos han reformulado el aserto para convertirlo en todo se arregla con deuda pública: ayudas a los bancos, al automóvil, a las pymes, a las familias que no pueden pagar la hipoteca, a los parados.

El último informe de Merrill Lynch del pasado 12 de noviembre se hace la siguiente pregunta irónica: "¿Por qué todos los Gobiernos no se limitan sin más a enviar un cheque de un millón de dólares a cada uno de sus ciudadanos para protegerles de la crisis financiera global?". El informe responde a la pregunta asegurando que en 2009 los Gobiernos comenzarán a darse cuenta de que el endeudamiento público tiene un límite cuando empiecen a dispararse los tipos de la deuda o se desplome la divisa, por ejemplo.

La firma de inversión indica que sólo el coste de tapar el agujero financiero supondrá una media del 13% del Producto Interior Bruto de los países. El documento alerta de que la carrera de expansión fiscal a la que se han lanzado los Estados para hacer frente al colapso financiero traslada inevitablemente el riesgo del ámbito privado al público. "Después de todo, en una economía el riesgo sólo puede ser transferido, no eliminado". Es decir, que ya no serán los bancos los que estén en peligro de quiebra, sino los propios Estados.

En España, la ampliación de capital del Banco Santander por 7.000 millones, recibida con un desplome de más del 30% en su cotización desde su anuncio, puede ser el toque de queda para el resto de entidades bancarias, que, ante la desconfianza de los inversores, hasta podrían plantearse acudir a los planes del Estado para su recapitalización que hacerlo por sus propios medios.

Los riesgos de dejar en manos del Estado la financiación del sistema son muchos. El primero del que alerta el informe es la incursión en déficit públicos desmesurados: en 2009, el de EE UU llegará al 7%, y el de la eurozona, al 4% (España puede alcanzar el 4,2%), haciendo añicos el compromiso del Tratado de Maastricht de mantener el déficit por debajo del 3%. Los Estados tendrán que pelear con las entidades privadas para colocar sus emisiones de deuda y se producirá el tan temido efecto expulsión (crowding out): cuanto más capital se requiera desde el ámbito público, de menos capital dispondrán las empresas para su funcionamiento.

Para acabar de rizar el rizo, comienza a asomar el fantasma de la deflación, la caída continuada de los precios por la falta de demanda y retroceso del consumo. Cuando una economía entra en el bucle de la deflación, nunca se sabe cuándo va a salir. Japón, con tipos de interés cero, estuvo en esa fase durante toda la década de los noventa. Y aún no se ha recuperado.

Tanto Merrill Lynch como UBS (informe del 13 de noviembre) cuestionan que el sistema monetario europeo vaya a permanecer intacto. En anteriores crisis, países como España recurrían a la devaluación de moneda para ganar competitividad. Como esa medida es imposible con el euro, no queda más remedio que emitir deuda. Pero las necesidades son muy diferentes según se trate de países como Alemania, Francia o España. Así que, en caso de un endeudamiento excesivo de algún país, sería necesario que el conjunto de la UE saliera al rescate o garantizara la deuda nacional de los Estados con más dificultades. Una medida que pondría a prueba toda la UE.

La otra alternativa sería expulsar de la Unión Monetaria a los países. Según UBS, el remedio sería mucho peor que la enfermedad. Los Estados que se salieran del euro y devaluaran su moneda provocarían el proteccionismo con una imposición de aranceles para compensar esa devaluación. Las economías fuera del euro se desplomarían, se producirían desórdenes sociales y países como Bélgica o España podrían ver cómo se agravan las amenazas separatistas. -

sábado, 22 de noviembre de 2008

Desvergüenzas del Capitalismo

Las desvergüenzas del capitalismo

El sistema económico dominante se olvidó de sus ascéticos y laboriosos orígenes calvinistas y terminó glorificando el enriquecimiento rápido como referencia del éxito. Eso abrió las puertas a la trampa y la rapiña

JOSÉ VIDAL-BENEYTO El País, 22/11/2008

El capitalismo es una doctrina económica, a la par que un sistema político-económico, de condición y de usos en ocasiones positivos aunque con frecuencia perversos, que después de la incorporación de las experiencias antagonistas o alternativas -Rusia, China, países emergentes, etcétera- a la sola filosofía y práctica del mercado y del beneficio, se ha convertido en un modelo único en la realidad del mundo, casi también en la esfera del pensamiento. Esta presencia gloriosamente omnipotente y unánime se ha visto sacudida por la corrupción en su funcionamiento, resultado de los numerosos desafueros que bajo su advocación se han perpetrado y que han acabado convirtiendo el latrocinio en regla. Todo ello además, viniendo de donde venía. Pues frente a la consideración de que la práctica religiosa es enemiga de la actividad económica, fue ella la que, con la aparición del protestantismo y, más aún, del calvinismo, supuso un soporte decisivo para el surgimiento y la difusión de los valores del capitalismo.

Pocos han señalado que la tan celebrada cumbre de Washington sólo ha sido más de lo mismo
Se precisa una gran movilización popular e intelectual para terminar con tanta patraña
Dos pensadores son los heraldos de esta posición. En primer lugar, Max Weber, que parte de la constatación de que los países protestantes son, en el siglo XIX, los que están en cabeza del desarrollo económico, debido a su identificación con los valores del capitalismo. En su obra matriz La ética protestante y el espíritu del capitalismo, la esencia del capitalismo está en la voluntad de trabajo, simultánea con el fervor por el ahorro. Comportamientos ambos que no pueden ser sólo individuales pues su efectividad exige que lo sean de todo un pueblo, y para ello fruto de unas convicciones que son sobre todo de naturaleza religiosa. En este caso esas convicciones comunes proceden del calvinismo que descarta el consumo, condena el disfrute y el gasto y exalta el trabajo considerado como ejercicio religioso, secularizando con ello el ascetismo y elevando el trabajo profesional a la condición de práctica religiosa por excelencia. Que deviene así obra de Dios. Esa santificación del trabajo ordinario que opera el calvinismo y que saca a los creyentes de los oratorios y los lanza a la conquista del mundo profesional, sigue resonando en muchas organizaciones religiosas contemporáneas, tanto moderadas -Opus Dei, Kikos, etcétera- como progresistas -Focolares, Comunidad de San Egidio, etcétera-.


Richard H. Tawney en La Religión en el origen del capitalismo nos ofrece una reflexión mucho más pormenorizada y pegada a la historia, que en oposición a los espiritualismos orientales y apoyado en la Biblia, sostiene que la vida material en su conjunto nos viene de Dios y por tanto los bienes, e incluso el dinero, son signo de su bondad y en cierto sentido de su predilección. Pero signo que tiene que estar presidido por la gracia y que sólo puede operar en relación con el otro, cuya expresión esencial es el pobre. Por lo demás Calvino/Tawney, frente a la prohibición bíblica, recuperan el préstamo comercial o industrial, que sin usura está permitido y hace posibles con ello el mundo de la banca y de las finanzas.

Era difícil de imaginar desde tan razonables y esperanzadores inicios, que la generalización de la trampa y de la rapiña en los ámbitos económico y financiero llevase a un triunfo tan absoluto de la economía criminal. De manera decisiva ha contribuido a ese resultado la mitificación unánime del enriquecimiento como referencia única del éxito, la celebración de lo que Oskar Lafontaine ha llamado la Dictadura del Monetariado, y, sobre todo, la hegemonía sin alternativas del capitalismo de casino. Todo lo cual ha dotado de respetabilidad a las felonías capitalistas más innobles, a las prácticas empresariales más abyectas. No exagero, vean los nombres y las cifras. Lehman Brothers, una de las joyas de la finanza norteamericana, quiebra y todo el mundo se va a la calle sin indemnización alguna, salvo Richard Fuld, su presidente que se embolsa legalmente 480 millones de dólares. AIG, la paradigmática compañía de seguros, va a quebrar también, pero el caso es simbólicamente demasiado grave y Washington interviene aportando 85.000 millones de dólares para tapar el agujero. Lo que permite a Joseph Cassano, director de la sección de Productos Derivados, percibir una bonificación de 3,4 millones de dólares, y a Sullivan, el gran patrón, otra de 5,4 millones de dólares. Los directivos de la compañía, reflotada con el dinero de los contribuyentes norteamericanos, lo celebran en un suntuoso hotel californiano, con habitaciones a 1.000 dólares la noche, 10.000 dólares en bebidas, 23.000 en cuidados personales y un interminable etcétera. Bob Diamond, numero dos del Barclays Bank, ha declarado haber percibido en primas, entre 2006 y 2007, 50 millones de euros; Marcel Ospel, máximo responsable del banco suizo UBS, 15,7 millones de euros; Josef Ackermann, presidente de la Deutsche Bank ha cobrado 10 millones de euros al año; Fred Goodwin, director general del Royal Bank of Scotland, y Andy Hornby, del HBOS, ambas en situación de quiebra, unas remuneraciones anuales de 5,3 y 3 millones de euros, respectivamente. En Francia, los patronos de los seis grandes grupos financieros BNP Paribas, Société Générale, Crédit Agricole, Crédit Mutuel, Caisses d'Epargne y Banques Populaires se han abalanzado sobre los 10.000 millones de euros que el Estado francés ha puesto a su disposición para ayudar a sus organizaciones a salir de la crisis y nada se ha sabido de su destino. El importe total de las bonificaciones y otras primas personales percibidas por los patronos de las grandes empresas en quiebra o al borde de ella, se acerca a los 80.000 millones, todos interpretando el apólogo de Woody Allen take the money and run. Y al otro lado de la verja más de un millón de trabajadores se han quedado sin trabajo, y Citygroup ella sola ha contribuido con cerca de 70.000 personas.

Los estragos y la desmoralización causados por estos pillajes desde las alturas, han venido acompañados por la incitación al fraude, resultante de la extraordinaria expansión del crédito, que al coincidir con el fuerte abaratamiento del costo del dinero, tenía que producir la deriva monetaria y los efectos perversos que ha conllevado. Pero, además, esa orgía financiera dispuso para su celebración de un abultado arsenal de instrumentos, producto de una brillante ingeniería financiera que los había elaborado y puesto en acción durante la última década. Motejados de tóxicos, por su capacidad disruptiva y malignizante, su circulación y uso aumentaron de día en día. Entre ellos los Fondos Especulativos o hedge funds, más familiarmente fondos-basura, quizás los más repudiados; aunque sus efectos perturbadores sean menores que los de los fondos de private equity, instrumento privilegiado por los especuladores para comprar sociedades y pagarlas sin dinero propio, revendiéndolas luego y vuelta a empezar. Aunque sin olvidar que todos los otros fondos, incluyendo los venture-funds e incluso los fondos soberanos, a pesar de su naturaleza pública, no se han librado de ese destino especulador. Y así se ha originado este descalabro mayúsculo que algunos veníamos anunciando/denunciando desde hace tiempo (Vid mis seis columnas en este diario El capitalismo contra el planeta, de febrero a marzo de 2007, las dos de Fondos-Buitre, del 7 y 13 de julio del mismo año, o últimamente Capitalismo sin limites y Noticias del caos). Descalabro que difícilmente podremos superar porque los planteamientos, las soluciones y los actores sigue siendo los mismos. Y para quienes lo duden, ahí está para probarlo la Declaración de la Cumbre de Washington, procedente del G-20, cuyo análisis ha hecho de manera tan brillante como esclarecedora el Comunicado de ATTAC España del miércoles pasado. Por cierto ¿cómo es posible que ningún medio de comunicación español se haga nunca eco de los análisis de una de las organizaciones más consistentemente críticas y progresistas de nuestro país?

La mencionada Declaración es un estricto "más de lo mismo". Convocada por y celebrada en los EE UU; reservada a los grandes países excluyendo a más de un tercio de la población mundial; insistiendo en los salvíficos principios liberales de la fuerza salvadora de la libertad de comercio y de los mercados competitivos; reclamando un reforzamiento de las instituciones internacionales -OMC, FMI, Banco Mundial- responsables de la debacle, que son los que hay que sustituir cuanto antes; predicando una política monetaria de objetivo único, controlar la inflación, olvidando las necesidades de las clases modestas y de las PYMES; sin una sola propuesta efectiva para acabar con los paraísos fiscales; en definitiva, sepultando aún más los Objetivos del Milenio. Sólo una movilización popular e intelectual, insistida y de gran calado, podrá ayudarnos a acabar con tanta patraña y tantas desvergüenzas.


José Vidal Beneyto es director del Colegio Miguel Servet de París y presidente de la Fundación Amela.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Vargas Llosa escribe sobre Onetti

La visita literaria de Vargas Llosa a Juan Carlos Onetti

Presentado en Madrid 'El viaje a la ficción', un estudio sobre la obra del fallecido escritor uruguayo

EFE / ELPAÍS.com - Madrid - 19/11/2008


Mario Vargas Llosa descubrió a Juan Carlos Onetti en los años sesenta, y desde entonces no ha dejado de admirar a quien considera "uno de los grandes escritores de la lengua española" y cuya obra "es una metáfora del gran fracaso de América Latina". La admiración que el escritor peruano siente por el novelista y cuentista uruguayo se palpa en el ensayo El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti, que Vargas Llosa ha presentado hoy en la Casa de América y que Alfaguara acaba de publicar en España y en Hispanoamérica.

En ese ensayo, Vargas Llosa analiza en profundidad la vida y la obra de Onetti y ofrece, como diría hoy Juan Cruz, "el mapa más extraordinario que se haya hecho jamás de la improbable geografía de Santa María", ese territorio imaginario donde el autor uruguayo solía situar sus libros.

Como la de todo gran escritor, la obra de Onetti (1909-1994) se puede analizar "desde mil perspectivas diferentes", y Vargas Llosa se ha centrado en ese "viaje a la imaginación y a la fantasía" que el novelista uruguayo realiza en sus libros, "como respuesta a la derrota cotidiana".

También, y aun a sabiendas de que Onetti "rechazaría esta interpretación", el autor de "La casa verde" cree que la obra del uruguayo, "tan desasida de referencias políticas, históricas y sociales", es representativa del mundo que le tocó vivir. "Es una fuga de América Latina". "Frente a América Latina no hay sino una escapatoria: huir, aunque sea con la imaginación", afirmaba Vargas Llosa, para quien las novelas y cuentos de Onetti simbolizan "la frustración". Todos sus personajes "nunca pueden materializar sus sueños ni sus anhelos en ninguno de los campos de la experiencia vital".

"Y ¿no es eso la América Latina en la que Onetti nace, escribe y vive? ¿No es ése el continente donde todos los intentos de salir adelante fracasan?", se preguntaba el autor de "La fiesta del Chivo". En América Latina, prosiguió, los intentos de democratización "fracasan una y otra vez; los hombres decentes al final son barridos por los espadones, por los militares, y los gobiernos deshonestos, ladrones una y otra vez, embarcan a los países en aventuras que los empobrecen". Ese es el mundo que los escritores más jóvenes que Onetti han heredado.

Como recordó Vargas Llosa, cuando Onetti nació, Uruguay era "un país próspero y culto", al igual que Argentina, que fue "una de las grandes potencias del mundo". Poco a poco, esa realidad fue cambiando y el deterioro "contaminó inconscientemente" a Onetti. Por eso, su obra se puede leer "como una involuntaria pero inequívoca alegoría del gran fracaso, de la gran frustración de la América Latina que él vivió", subrayó.

En el libro, fruto de un curso de seis meses que Vargas Llosa dio en 2006, en la universidad de Georgetown (Washington), el escritor destaca "la modernidad" que emana de los primeros textos de Onetti y asegura que fue "un soberbio cuentista", comparable a Borges, Rulfo, Scott Fitzgerald o Faulkner.

Este último escritor fue uno de los que más influyó en Onetti, al igual que en los restantes escritores modernos latinoamericanos, deudores de "la enorme riqueza del mundo" del autor norteamericano y de "la genialidad técnica con que construye sus obras", diría Vargas Llosa.

Joyce y Céline influyeron también en ese hombre de carácter retraído y hosco, que tenía fama de "escritor maldito" y que pasó sus últimos años literalmente acostado en su cama. A Vargas Llosa le ha fascinado siempre "la gestación de las grandes obras literarias" y ha dedicado libros a Madame Bovary, Cien años de soledad o Los Miserables. En el caso de Onetti, hoy aludía a El infierno tan temido, "el más extraordinario de sus cuentos" y, acaso, "la más inquietante exploración del fenómeno de la maldad humana".

Ese cuento nació en realidad de una mera anécdota que el presidente uruguayo le contó a Onetti, pero en él alcanzó "extremos de lucidez insospechados" y de intuición de lo que es el mal. El escritor acaba de pasar dos semanas en el Congo para recorrer los escenarios de la nueva novela en que trabaja, y ha visto "hasta qué extremos vertiginosos de horror puede llegar la crueldad humana. Pero, hoy, todos los honores eran para Onetti y su obra, y Vargas Llosa prefirió no hablar ni del Congo ni de su nueva novela. Tan sólo contó que ese viaje no lo hubiera podido realizar "sin la ayuda de Médicos sin Fronteras" y que le ha servido para ambientar la novela que prepara sobre la vida del irlandés Roger Casement, que fue cónsul británico en el Congo a principios del siglo XX y amigo del escritor Joseph Conrad.

Alfaguara ha publicado los Cuentos Completos de Juan Carlos Onetti y sus obras Cuando ya no importe y Confesiones de un lector. Sus novelas han sido editadas en bolsillo en Punto de Lectura.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Entrevista con el filósofo Edgar Morín

ENTREVISTA: EDGAR MORIN Filósofo

"Viviremos otros mayos del 68"

JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - El País, 15/11/2008


"Por la ciencia, como por el arte, se va al mismo sitio: a la verdad". Un enorme azulejo con esta cita de Gregorio Marañón preside la estación madrileña de metro que lleva su nombre. A unos metros de allí, en la Residencia de Estudiantes, un hombre, más irónico y menos optimista, piensa algo parecido. Es el filósofo francés Edgar Morin, que el jueves pasó por Madrid para cerrar la Semana Marañón con una conferencia sobre la ética y los valores en el siglo XXI.

"La ciencia no tiene medios para controlar su propia obra"


Advierte contra el eurocentrismo, y pone el ejemplo de la medicina china

"Son escasos los filósofos al día en temas científicos. Prefieren a Platón"

"Occidente generó la colonización, pero también sus antídotos"

Nacido en 1921, este parisiense de origen sefardí llamado realmente Edgar Nahum, ha estado en las suficientes batallas -la liberación de París, su expulsión del Partido Comunista, mayo del 68- como para saber si esos valores han cambiado con el milenio. "Lo que cambia es la propia idea del bien y del mal. El siglo XX ha dado todo el sentido a la frase de que el infierno está empedrado de buenas intenciones". Morin ha acuñado el concepto "ecología de la acción" para subrayar la distancia entre teoría y práctica. La política es, dice, uno de los grandes caladeros de esa contradicción: "La invasión de Irak pretendía combatir el terrorismo y ha provocado una escalada terrorista. Y el comunismo: millones de militantes convencidos de trabajar por la emancipación de la humanidad sin saber que lo hacían por una nueva forma de esclavitud", apunta el autor de títulos como Introducción al pensamiento complejo (Gedisa) y de los cuatro volúmenes de El método (Cátedra).

Morin propone introducir en la moral la idea de contradicción: "Puede haber dos imperativos morales con la misma fuerza pero antagónicos. En algunos pueblos árabes conviven la moral de la hospitalidad y la de la venganza. Ambas son sagradas. Uno de mis maestros contaba la historia de un hombre asesinado por un rival. Al anochecer, el asesino pidió hospitalidad en casa de la viuda. Ésta lo acogió, pero por la mañana lo mató". Respecto a la superioridad de los valores occidentales, el pensador advierte contra el eurocentrismo y pone el ejemplo de la medicina tradicional china. Para Morin, la aportación de Occidente es incontestable por dos vías: la ciencia y la crítica, es decir, las vacunas y los disidentes. "El rechazo a Europa", explica, "se entiende porque colonizó el mundo. Pero Occidente no sólo generó la colonización, también generó sus antídotos. Produjo a Hernán Cortés, pero también a Bartolomé de las Casas. Los derechos de la mujer son buenos para las musulmanas. Eso sí, no podemos imponerlos".

El problema es legislar sobre cuestiones morales. La idea de contradicción que él propone casa mal con una ley igual para todos: "No podemos deducir un bien colectivo a partir de uno individual". Temas como el aborto encarnan esos dilemas: "Ahí entran en juego tres derechos: el de la mujer a su autonomía, el de la sociedad a controlar su demografía y el del embrión. ¿A partir de qué momento somos humanos? No hay respuesta clara. ¿Qué hacer? En Francia se privilegió, y estoy de acuerdo, el derecho de la mujer. En China, el de la sociedad, y de forma negativa. Finalmente, el embrión tiene ya existencia. No estoy de acuerdo con la Iglesia, pero lo que eliminamos no es un objeto, es un ser vivo. Es una elección que apoyo, pero hay que ser consciente de lo que supone".

En la Semana Marañón, dedicada al humanismo en la medicina, se impone una pregunta: ¿debe la ciencia hacer todo lo que puede hacer? Para Morin, hay que distinguir entre curar y "perfeccionar". No es lo mismo querer un hijo para salvar a su hermano que quererlo con ojos azules. Con todo, matiza, "estamos en un periodo muy primitivo de la genética". ¿La filosofía está a la altura de esa revolución? ¿Es la ciencia la filosofía de hoy? "Rotundamente, no. Nos preguntamos por qué el progreso ha producido las armas de destrucción masiva. Pues porque la ciencia moderna se desarrolló a partir de la separación entre los hechos objetivos, de los que se ocupa ella, y los valores, que quedan para la religión y la filosofía. Fue el precio que hubo que pagar para que la ciencia sea autónoma. Pero los científicos no tienen ningún medio para controlar su propia obra". Hasta ahora, esa laguna la ha llenado la vieja moral: con seres humanos no se experimenta. "Son derechos que habría incluso que ampliar a los animales torturados en laboratorios y granjas".

¿Y qué hay de la filosofía? "Es víctima de la separación entre la cultura científica y la humanista. Son escasos los filósofos al día en cuestiones científicas. Prefieren comentar a Platón. Cuando se interesan por la vida no tienen conocimientos para juzgar. Ahí está Sartre, que se equivocó sobre el estalinismo. O Foucault, que dijo que la revolución de Jomeini era progresista".
A los 40 años de una revolución más efímera, la de mayo del 68, Edgard Morin, uno de sus grandes cronistas, defiende las dos primeras semanas de revuelta: "Expresaron una aspiración que recorre la historia de la humanidad desde el anarquismo (libertad), el socialismo (justicia) y el comunismo (igualdad). Además de una explosión adolescente, hubo algo especial: la gente se hablaba en las calles de París, cosa que nunca hace, y las consultas de los psiquiatras se vaciaron. Todos curados. Luego la revuelta degeneró y la gente volvió al psiquiatra. Pero la aspiración sigue. Viviremos otros mayos del 68". Lo dice con una sonrisa, sorprendido casi por el optimismo de un hombre que, a sus 87 años, todavía hace planes de futuro.

El reino de los cerdos

El reino de los cerdos

JOHN CARLIN El País, 14/11/2008

Un libro que debería ser de lectura obligatoria para todos los políticos, pero especialmente para aquellos que pretenden verse como liberadores, es Rebelión en la granja, de George Orwell. Parábola por excelencia de los autoritarismos del siglo XX, el libro trata de una sublevación de animales contra granjeros y el establecimiento de un nuevo modelo político basado en la igualdad y la justicia. Al final del libro, los dirigentes de la revolución, los cerdos, se han vuelto como sus antiguos amos humanos. Comparten un festín, mientras el resto de los animales les miran por la ventana, incapaces de distinguir entre los unos y los otros.

El régimen que preside Daniel Ortega es un himno al cinismo


Daniel Ortega y el resto de los dirigentes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) seguramente no hayan leído la obra de Orwell, pero lo que sí han hecho es escenificarla en la vida real. Cuando el FSLN llegó al poder en Nicaragua en 1979, tras dirigir la insurrección contra el dictador Anastasio Somoza Debayle, se ganó la admiración de toda la izquierda mundial. Eran jóvenes, románticos, idealistas. Pese a la guerra contrarrevolucionaria que financió y dirigió "el imperialismo yanqui", en versión Ronald Reagan, Managua fue durante los años ochenta una ciudad de juerga en la que no era inusual toparse a la medianoche con dirigentes revolucionarios que en plan poético, tras unos cuantos Nica libres, confesaban el sueño sandinista de convertir el espíritu de París del 68 en realidad, de perfeccionar el modelo socialista que el estalinismo había traicionado.

Hoy en Nicaragua, dos años después de la vuelta al poder del sandinismo, no hay ni ideales, ni poesía, ni romance. El régimen que preside Ortega es un himno al cinismo. El indisimulado pirateo de las elecciones municipales que se acaban de celebrar es nada más que la expresión más reciente de un modus operandi que se define por la cara dura y cuyo primer y único objetivo es el poder.

Se vio venir durante la campaña electoral de 2006 cuando a Ortega, un declarado ateo durante los años revolucionarios, se le dio por aparecer en primera fila en las misas de su antiguo archienemigo, el cardenal Obando y Bravo, ante quien se casó con su compañera sentimental y compinche política de muchos años, Rosario Murillo, cuya hija fue objetivo de acoso sexual del mismo Ortega desde su niñez.

Hoy los que le critican en los medios viven amenazados, primero entre ellos Carlos Fernando Chamorro, ex militante sandinista cuyo padre, antiguo director del opositor diario La Prensa, fue asesinado por Somoza. El círculo orwelliano se ha cerrado. El discurso es diferente, y más hipócrita, pero los métodos son los mismos y, mientras el presidente y sus acólitos se enriquecen, Nicaragua sigue siendo el país más pobre de América Latina. El sandinismo de Ortega ha convertido a Nicaragua en el reino de los cerdos de Orwell, aquel donde "todos somos iguales, pero algunos somos más iguales que otros".

Barceló y la cúpula del gasto

Éxtasis de Barceló bajo su cúpula

NATIVIDAD PULIDO GINEBRA ABC, Viernes, 14-11-08 a las 04:20

Se ha hablado mucho estos días de dinero, de Fondos de Ayuda al Desarrollo, de empresas, de la ya célebre Fundación Onuart, de ministros, de embajadores, de políticos... Pero por primera vez podemos hablar, con conocimiento de causa y de primera mano, de la tan aireada cúpula de Barceló, que ayer visitamos un reducido grupo de periodistas españoles. El mar revuelto que simboliza esta vasta y ambiciosa obra se ha tornado estos días un tsunami de proporciones devastadoras, con epicentro en el Ministerio de Exteriores. Pero hoy toca hablar de arte, no de dinero ni de política. Es de justicia con la que le ha caído estos días al mallorquín.

El Palacio de las Naciones de Ginebra es un mastodóntico edificio de los años 30, que ha envejecido mal. A punto estuvo de ser diseñado por Le Corbusier, pero problemas políticos lo impidieron. Barceló nos recibe muy cordial a las puertas de la Sala XX, bautizada por Zapatero como Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones. Dentro, un puñado de trabajadores se afanan en poner a punto el mobiliario de la sala para el martes, cuando la inauguren los Reyes. Cual guía turístico de lujo, nos va llevando por todos los puntos de la sala. A primer golpe de vista, la cúpula (que iba a pintar Chagall, pero murió antes de hacerlo) deslumbra, a unos 14 metros de altura, sin estridencias: azules, verdes, grises... Nada que ver con los colores chillones de las fotos. Hasta 22 ha utilizado. Le preguntamos si ha rebajado el color. «Esperad a que la veáis desde todos los puntos de vista», dice.

La bordeamos de sur a norte, como ha sido concebida. Y, en efecto, son muchas cúpulas en una. La vemos desde el centro, donde un día quiere poner un tatami para que la gente se tumbe para poder verla, la vemos desde el primer piso, donde se instalarán los traductores -es el punto de máxima intensidad de color-, y la vemos desde la parte superior. Alucinante. De repente, un mar de azules. Y van apareciendo rojos, naranjas, verdes, amarillos... Para acceder a ella hay que hacer malabarismos: reptamos por las entrañas de la ONU, subimos una escalera imposible y esquivamos las estalactitas asesinas (algunas de más de un metro), en las que más de un colega se dejó literalmente la cabellera enganchada para la posteridad. «Sólo me faltaba que un periodista tuviera un accidente», bromea. Él tuvo más de un susto. Cuenta que un día se cayó desde un andamio de unos cuatro metros. También acabó con el costado «como una berenjena» de los aparatejos que ha tenido que manejar. ¿Quién dijo que el arte no es peligroso? Y hablando de peligros, ¿no rezarán los delegados para no morir atravesados por una estalactita? «La seguridad está garantizada», dice sonriendo.

Vamos descubriendo con Barceló los infinitos puntos de vista de su cúpula. Para él, «es una nave espacial (Naciones Unidas tiene algo de ciencia-ficción; es más un deseo que una realidad), de un ovni dentro de un ovni». Cierto. También la arquitectura del edificio le recuerda a las primeras películas de James Bond. Su obra tiene un aire setentero. Junto a las estalactitas, una lluvia de meteoritos parece haberse estrellado sobre la cúpula. Y hay agujeros negros. Para lograrlo necesitó mucho esfuerzo e ingenio: eliminó la antigua bóveda de yeso, creó una estructura de aluminio y nido de abeja que soporta hoy más de 20.000 kilos de pintura (utilizó 35.000, pero parte cayó al suelo), se aventuró con materiales nuevos como el nepóxido para que las estalactitas no se rompieran, creó simulaciones digitales, utilizó grandes tamponadoras, un camión ¿Quién dijo que el arte no es peligroso? Y hablando de peligros, ¿no rezarán los delegados para no morir atravesados por una estalactita? «La seguridad está garantizada», dice sonriendo.compresor... Ha sido un parto en toda regla: a los nueve meses (de septiembre de 2007 a junio de 2008) nació la cúpula. Eso sí, con fórceps y sin epidural. Reconoce que tuvo ganas de tirar la toalla: «Estuve a punto de abandonar. Mi mano se perdía, era insignificante». Ni la ONU ni la ciudad de Ginebra le apasionaban al principio: «Les tenía manía, pero les fui cogiendo cariño». Hoy está satisfecho con el resultado. Ha sido una experiencia orgiástica para él. ¿El mayor reto del proyecto? «Asumir toda la obra como una unidad».

Podrá visitarse

La cúpula, con sus 1.400 metros cuadrados pintados, es impresionante, pero de ahí a ser la Capilla Sixtina del siglo XXI... Moratinos, como buen andaluz, exageró de lo lindo. Ni él es el Papa Julio II, ni Barceló Miguel Ángel. A pesar de lo cual, esta obra tiene mucho calado. Exteriores no explicó que podrá visitarse cuando no haya plenos. De hecho, cuenta Barceló que se va a instalar un balcón para que la gente pueda ver la cúpula de cerca. Además, esta sede de la ONU en Ginebra mantiene una estrecha relación con nuestra Historia: aquí se expusieron los cuadros que salieron del Prado huyendo de la Guerra Civil antes de su regreso a España y en la Sala del Consejo lucen los murales que Josep Maria Sert hizo en plena contienda española.

¿Por qué no escribís las crónicas en la sala?, nos ofrece encantado Barceló. Hay que reconocer que tenía mucho morbo la cosa: pergeñar un artículo sobre esta sala, de la que tanto hemos hablado los últimos días en ABC, y no precisamente bien, sentados en «el cuerpo del delito», con 20 millones de euros a nuestro alrededor. Pero nuestro gozo en un pozo: aún no hay red eléctrica. Cambiamos por una sala contigua, a la que no le hubiera venido mal haber pillado una ayuda al desarrollo.

Si por la mañana el artista estaba encantado de entregar a la prensa fotos de su cúpula terminada, por la tarde la consigna es: no se pueden dar hasta el martes. Abogamos a los derechos humanos de nuestros lectores y buscamos alianzas de cualquier civilización a la vista para conseguir que Barceló se fotografíe al menos con media cúpula. A los pocos minutos se desvela el misterio: la obra permanecerá a oscuras hasta que el Rey pronuncie su discurso durante la inauguración. Y entonces se hará la luz.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Entrevista con Ángela Vallvey

Entrevista con Ángela Vallvey El Mundo, 10-XI-2008

1. ¡Hola Angela! Muchas felicidades por tu premio. Una curiosidad: ¿Cuánto tardaste en escribir la novela? ¿Puedes contarnos un poco cómo fue el proceso? Un beso y gracias.

¡¡Muchas gracias!! Publiqué mi última novela en 2006 y desde entonces he estado "liada" con esta historia, hasta enero de este año, cuando la concluí. Era una vieja idea que tenía en la libreta de notas desde hace varios años, y por fin creí llegado el momento de sacarla adelante. Con los mismos personajes empecé otra, en febrero de este año, pero me robaron el ordenador y con él la segunda parte (no tenía copia) :-(

2. Hola Angela ¿qué piensa usted sobre la actual crisis que atraviesa el PP, es partidaria de que Mariano Rajoy se vaya de una vez y reconozca que no puede volver a presentarse a unas elecciones generales? Gracias.

Estar en el poder es estupendo, para el que lo ejerce... La oposición ya es más difícil de llevar. El PP está desconcertado, como lo estuvo el PSOE después de perder tras largos años de ser los dueños del cotarro. No sé si Rajoy acierta con su táctica y su insistencia en el liderazgo del partido, pero de momento ha conseguido acallar a sus críticos dentro del propio PP.

3. Ángela, ¿en qué medida crees que hay influencia periodística en tu liteteratura?. Por otra parte, ¿consideras que hay servilismo de los periodistas (sobre todo, los famosos "contertulios" ;) con los partidos políticos?. ¿Dónde queda la objetividad informativa en estos días?. Manuel.
Mi literatura se parece a lo que hago como periodista igual que un chimpancé a una mosca de la fruta: comparten ADN, con seguridad, pero por el aspecto exterior cualquiera lo diría... No sé si existe ese servilismo, desde luego yo procuro ser libre, y decir lo que pienso, a pesar de que normalmente ello no me procura NINGÚn beneficio, sino todo lo contrario. De verdad.


4. ¿Cree que el hecho de que el Planeta lo ganen siempre escritores mediáticos ( o más o menos populares ) es sólo casualidad?

Supongo que no es casualidad. Pero todo el mundo lleva a cuestas lo que es, para bien y para mal. No sólo en literatura, sino en todo lo demás. Cuando se busca a un abogado como socio de un bufete, me parece que se tiene en cuenta su currículum, por ejemplo. Y, hablando del Planeta, no sé si varios escritores que han ganado el Planeta o han quedado finalista son lo que se dice "mediáticos", recuerdo a Juan Benet, que fue finalista, y al que no se le puede reprochar que andase por ahí de tertulias en televisión, precisamente... Je je. ;-))

5. Hola Angela. ¿Cree ud. que el de los escritores, sea el grupo de artistas en el que más se intensifiquen los celos, los rencores y los navajazos impelidos por la vanidad y el egocentrismo?. Gracias por la respuesta.

El nuestro es un país muy divertido en el que cualquier excusa es buena para que brillen los navajazos, metafóricos (por lo general, y afortunadamente), pero en asuntos de arte la vanidad es un gran activo. Entre los fruteros de Mercamadrid es probable que los problemas que padezca el gremio obedezcan menos al egocentrismo que en un sector profesional en el que hablamos alegremente de "genios", "inmortalidad", etc. (Uf. Palabras mayores, ¿no?

6. Estimada Ángela. Soy un joven apasionado de la lectura y de las tertulias políticas (para que digan que éstas cosas no nos interesan...¿acaso alguien nos lo pregunta?). Tengo que darte la enhorabuena, en primer lugar, por el reconocimiento que ha obtenido tu novela y, en segundo lugar, por tu ingenio y chispa a la hora de afrontar los temas de actualidad frente a la vehemencia que emplean algunos otros contertulios. ¿Dónde te encuentras más a gusto, escribiendo o creando opinión? Aunque supongo que es un todo...Sigue así y no abandones esa frescura que te hace distinta. Manu (Valencia)

Muchas gracias, Manu. Me encanta que halaguen un poco mi cascada autoestima... Digo a menudo lo mismo que aquel personaje de Pretty woman: "Quiero a alguien que me haga la pelota". Je. No, en serio, me alegra saber tu opinión. (Subidón). Me divierto con todo lo que hago, aunque es verdad que a veces he salido de la tele llorando, mientras que cuando escribo estoy a salvo del mundo. Elijo escribir sin duda alguna.

7. ¡Hola Ángela! Suerte con el libro. Los poetas de tu novela, ¿tienen algo de románticos, como los que describe Juan Manuel de Prada en "Desgarrados y excéntricos"? ¿Éstos tienen algo de poetas que conoces? Gracias. Fa (Fregenal)

¡¡Gracias!! No, los poetas de mi novela no son los de De Prada, son contemporéos y comen mucho mejor. Están más lustrosos. En mis personajes puede que haya rasgos basados en gente real, pero ninguno es una persona identificable. Además: nada hay menos verídico que una ficción que pretende retratar la realidad. ;..)

8. Hola Ángela, te oigo todas las semanas en las tertulias de la radio, y me gusta como hablas, pero nunca he leído un libro tuyo. ¿Qué me dirías para animarme a leer tu última novela? Pilar C
Te diría que una cosa es que te guste como hablo y otra que te guste como escribo. Se me da fatal vender mi propia mercancía, sólo soy buena defendiendo los intereses de los demás, no los propios (algo que me veo obligada a hacer sólo en defensa propia alguna que otra vez). Lo que sí puedo asegurarte es que los libros son una parte importante de lo bueno del mundo. Y que yo he publicado algunos. ;-))


9. !Buenas tardes, Ángela!He de decir que me alegré cuando te llevaste la gran sorpresa.Es un premio que te va a dar a conocer a mucha gente, incluidos mis alumnos.¿Cuál crees qu es la causa del fracaso escolar y que se tenga un nivel tan bajo en asignaturas básicas como Matemáticas o Lengua?Gracias y suerte.Carmen.

¡¡Muchas gracias, Carmen!! Siempre que tengo ocasión le digo a todo el que me quiere oír que el gran problema de este país es la educación. Está convirtiéndose en el gran fallo del sistema, y nos pasará una factura carísima a largo plazo (ya lo está haciendo a corto). Tenemos una educación "subprime", tóxica. El sistema ha renunciado a enseñar a pensar a los alumnos. Eso significa adultos que nunca sabrán leer la realidad, y manipulables. ;-((

10. !Hola guapa!¿Has podido leer la novela ganadora del Planeta de este año?¿Qué te parece?Una curiosidad, ¿Qué se te pasó por la cabeza cuando supiste que tu novela era la premiada?
Hola!! No, aún no he podido leer la novela de Savater, confío en poder hacerlo muy pronto. Cuando supe que mi novela NO era la premiada (je je..) me dije: "vaya, pero he estado a punto..." Estoy acostumbrada a ser la última o la primera, pero no la segunda. Vale, miento: también estoy acostumbrada a ser la penúltima...


11. !Hola Ángela!¿Cuál es tu novela de Agatha Cristie preferida?La mía es "Muerte en el Nilo".No me canso de leerla.Enhorabuena por el Premio.Un beso.David.

¡Ah, mira tú! Esa es también una de mis favoritas, aunque me gustan igualmente "Cinco cerditos", "Diez negritos..." (¿Qué títulos más buenos, ¿no es cierto?) Que disfrutes leyendo. Gracias.

12. Hola!Es un verdadero placer "hablar" contigo.Tengo dos preguntas, la primera, ¿Qué tal te manejas con las nuevas tecnologías?¿Te conectas mucho a Internet?Y la segunda, ¿Tienes la costumbre -o manía- de sentarte a escribir en algún momento del día o escribes cuando puedes?Gracias.Un abrazo.-Alex.

Me manejo bien con las nuevas tecnologías, pero soy de Macintosh (de la religión verdadera, jua). Ahora me he liado mientras contestaba las preguntas de este chat porque me habían puesto delante de un PC. "¿Un PC?", he pensado, "¿eso tiene algo que ver con Carrillo..?" Total, que no he empezado a escribir con agilidad hasta que no me han sentado delante de un Mac. Escribir: escribo cuando puedo, o cuando no me queda más remedio, pero prefiero la noche porque es más tranquila. ;-)) Gracias a ti.

13. ¿Cuál es tu escritora actual preferida? Saludos. Corleone

Probablemente Anne Tyler, una norteamericaba. Aunque Carold Shields también me emociona muchísimo. Pero tengo más... Soy una lectora entusiasta, y bastante mitómana.

14. Una pregunta, Ángela, ¿Qué opinas acerca de las polémicas reflexiones de la Reina en el tan comentado libro de Pilar Urbano?

Pues... es que no he leído el libro, sólo sé de él lo que he oído y lo que ha comentado la prensa. De todas maneras, por lo visto la reina no sólo habla de los matrimonios homosexuales, sino que pone a caldo a Bush, y eso no ha molestado tanto como sus opiniones (previsibles) respecto al aborto y la eutanasia... Bueno, estas cosas animan una barbaridad el panorama nacional, que tampoco es que carezca de animación.

15. Hola. muy buenas. Me gustaría saber qué opinión le merece el partido UPyD de Rosa Díez, qué perspectivas le ve y una opinión, si puede ser, del trato que recibe en los medios. Muchas gracias.

Rosa Díez me parece una mujer valiente. Incluso yo la votaría si no tuviera claro que sus posibilidades son, de momento, sólo las de convertirse en un partido bisagra. Y si yo votara más a menudo. Recibe un trato de los medios que quizás se corresponde con su importancia en el arco parlamentario que es injustamente pequeña comparada con otros partidos con menos votos que el suyo y más diputados. En fin... Estas cosas, ya se sabe.

16. Buenas tardes, Ángela.¿No siente cierta envidia a su compañero Fernando Savater por haber tenido la idea de crear la única novela que ha superado a la suya de cara al Premio?¿Qué pensó cuando escuchó cuál era la novela finalista?¿Lo ha asimilado ya?

Siento una envidia cochina, sobre todo por su cheque. Y estoy celosísima de él y de su novela; creo que acapara todo el protagonismo del premio. Y total... ¡si sólo ha sido el ganador! Ya venía yo sospechando que esta vida no es del todo justa.

17. Hola Angela, te he empezado a conocer a través de las tertulias políticas y lo cierto es que comparto tus ideas y me encanta como las defiendes. Mi pregunta es: ¿como puedes soportar debatir con gente como la Sra Iglesias o el Sr.Sopena, los cuales no dejan hablar al interlocutor y se creen con la verdad "progresista absoluta"? Felicidades y un beso

Muchas gracias, y te devuelvo el beso (no porque no lo quiera, obviamente). Bueno, me alegra que compartamos ideas (espero que no las malas). Yo a veces también me pongo insoportable, en plan mosca de mula parda. No hay que olvidar que la televisión es, fundamentalmente, espectáculo. Y muy estresante, según yo lo veo.

18. Hola Ángela. En 'La ciudad del diablo' ya presentabas una novela negra... ¿te sientes cómoda en ese género repitiendo ahora con 'Muerte entre poetas'? ¿Eres de las que creen que la novela realista actual es la policíaca? Un saludo. F

No me atrevería a decir tanto, pero la novela policíaca siempre ha retratado de una forma sensible y envidiable la época en la que ha sido escrita. La novela realista no tiene por qué reducirse al género negro, o al policíaco, pero le sienta muy bien ponerse ese traje.

19. Sabido es que el hábito no hace almonje. ¿Hace el premio al escritor? ¿ Se puede ser un buen escritor sin ganar premios literarios? Gracias.

¡En absoluto! Pero los premios alivian la tendencia natural al enfriamiento indigente del escritor. Se puede ser un excelente escritor sin ganar premios. Claro que, un buen día, a ese escritor sin mácula de premio alguna lo pueden llamar del ayuntamiento de Estocolmo para comunicarle que acaba de ganar el Nobel. Y ya la hemos fastidiado...

20. Hola Ángela. A medida que pasa el tiempo, mas te pareces a Isabel I de Castilla. ¿Buscas esa imagen?. Aurelio

Querid@ Aurelio, tu pregunta me deja algo desconcertada. Te lo explico: mi interés es parecerme a Fernando el Católico, pero tú acabas de abrirme los ojos y, a partir de hoy, cambiaré de táctica. Gracias por el aviso. ;)))

Despedida

Espero haber compartido con todos los que se han asomado a este espacio virtual mi amor por los libros. Por la vida. Que Buda os guíe hacia la luz y el feng shui os ilumine el alma y los muebles. Salud y poesía, hermanos y hermanas en la gracia virtual de elmundo.es

El plan Bolonia


TRIBUNA: JOSÉ LUIS PARDO


La descomposición de la Universidad

El "proceso de Bolonia" pretende facilitar la incorporación de los licenciados a la sociedad. En realidad, esconde tras sus promesas un zarpazo que puede ser mortal para las estructuras de la enseñanza pública

JOSÉ LUIS PARDO 10/11/2008

Como sucede a menudo en política, la manera más segura de acallar toda resistencia contra un proceso regresivo y empobrecedor es exhibirlo ante la opinión pública de acuerdo con la demagógica estrategia que consiste en decirle a la gente, a propósito de tal proceso, exclusivamente lo que le agradará escuchar. Así, en el caso que nos ocupa, las autoridades encargadas de gestionar la reforma de las universidades que se está culminando en nuestro país -sea cual sea su lugar en el espectro político parlamentario- han presentado sistemáticamente este asunto como una saludable evolución al final de la cual se habrá conseguido que la práctica totalidad de los titulados superiores encuentren un empleo cualificado al acabar sus estudios, que los estudiantes puedan moverse libremente de una universidad europea a otra y que los diplomas expedidos por estas instituciones tengan la misma validez en todo el territorio de la Unión.

Es una reconversión cultural para reducir el tamaño de los centros en función del mercado
El profesorado pasa a subsector de producción de conocimientos para la industria y la banca
Una vez establecido propagandísticamente que el llamado "proceso de Bolonia" consiste en esto y solamente en esto, nada resulta más sencillo que estigmatizar a quienes tenemos reservas críticas contra ese proceso como una caterva de locos irresponsables que, ya sea por defender anacrónicos privilegios corporativistas o por pertenecer a las huestes antisistema del Doctor Maligno, quieren que siga aumentando el paro entre los licenciados y rechazan la homologación de títulos y las becas en el extranjero por pura perfidia burocrática. Vaya, pues, por adelantado que el autor de estas líneas también encuentra deseables esos objetivos así proclamados, y que si se tratase de ellos nada tendría que oponer a la presente transformación de los estudios superiores.


Sin embargo, lo que las autoridades políticas no dicen -y, seguramente, tampoco la opinión pública se muere por saberlo- es que bajo ese nombre pomposo se desarrolla en España una operación a la vez más simple y más compleja de reconversión cultural destinada a reducir drásticamente el tamaño de las universidades -y ello no por razones científicas, lo que acaso estuviera plenamente justificado, sino únicamente por motivos contables- y a someter enteramente su régimen de funcionamiento a las necesidades del mercado y a las exigencias de las empresas, futuras empleadoras de sus titulados; una operación que, por lo demás, se encuadra en el contexto generalizado de descomposición de las instituciones características del Estado social de derecho y que concuerda con otros ejemplos financieramente sangrantes de subordinación de las arcas públicas al beneficio privado a que estamos asistiendo últimamente.
Habrá muchos para quienes estas tres cosas (la disminución del espacio universitario, la desaparición de la autonomía académica frente al mercado y la liquidación del Estado social) resulten harto convenientes, pero es preferible llamar a las cosas por su nombre y no presentar como una "revolución pedagógica" o un radical y beneficioso "cambio de paradigma" lo que sólo es un ajuste duro y un zarpazo mortal para las estructuras de la enseñanza pública, así como tomar plena conciencia de las consecuencias que implican las decisiones que en este sentido se están tomando. De estas consecuencias querría destacar al menos las tres que siguen.


1. La "sociedad del conocimiento". Este sintagma, casi convertido en una marca publicitaria que designa el puerto en el que han de desembarcar las actuales reformas, esconde en su interior, por una parte, la sustitución de los contenidos cognoscitivos por sus contenedores, ya que se confunde -en un ejercicio de papanatismo simpar- la instalación de dispositivos tecnológicos de informática aplicada en todas las instituciones educativas con el progreso mismo de la ciencia, como si los ordenadores generasen espontáneamente sabiduría y no fuesen perfectamente compatibles con la estupidez, la falsedad y la mendacidad; y, por otra parte, el "conocimiento" así invocado, que ha perdido todo apellido que pudiera cualificarlo o concretarlo -como lo perdieron en su día las artes, oficios y profesiones para convertirse en lo que Marx llamaba "una gelatina de trabajo humano totalmente indiferenciado", calculable en dinero por unidad de tiempo-, es el dramático resultado de la destrucción de las articulaciones teóricas y doctrinales de la investigación científica para convertirlas en habilidades y destrezas cotizables en el mercado empresarial. La reciente adscripción de las universidades al ministerio de las empresas tecnológicas no anuncia únicamente la sustitución de la lógica del saber científico por la del beneficio empresarial en la distribución de conocimientos, sino la renuncia de los poderes públicos a dar prioridad a una enseñanza de calidad capaz de contrarrestar las consecuencias políticas de las desigualdades socioeconómicas.

2. El nuevo mercado del saber. Cuando los defensores de la "sociedad del conocimiento" (con Anthony Giddens a la cabeza) afirman que el mercado laboral del futuro requerirá una mayoría de trabajadores con educación superior, no están refiriéndose a un aumento de cualificación científica sino más bien a lo contrario, a la necesidad de rebajar la cualificación de la enseñanza superior para adaptarla a las cambiantes necesidades mercantiles; que se exija la descomposición de los saberes científicos que antes configuraban la enseñanza superior y su reducción a las competencias requeridas en cada caso por el mercado de trabajo, y que además se destine a los individuos a proseguir esta "educación superior" a lo largo de toda su vida laboral es algo ya de por sí suficientemente expresivo: solamente una mano de obra (o de "conocimiento") completamente descualificada necesita una permanente recualificación, y sólo ella es apta -es decir, lo suficientemente inepta- para recibirla. Acaso por ello la nueva enseñanza universitaria empieza ya a denominarse "educación postsecundaria", es decir, una continuación indefinida de la enseñanza media (cosa especialmente preocupante en este país, en donde la reforma universitaria está siguiendo los mismos principios seudopedagógicos que han hecho de la educación secundaria el conocido desastre en que hoy está convertida): como confiesa el propio Giddens, la enseñanza superior va perdiendo, como profesión, el atractivo que en otro tiempo tuvo para algunos jóvenes de su generación, frente a otros empleos en la industria o la banca; y lo va perdiendo en la medida en que el profesorado universitario se va convirtiendo en un subsector de la "producción de conocimientos" para la industria y la banca.

3. El ocaso de los estudios superiores. No es de extrañar, por ello, que el "proceso" -de un modo genuinamente autóctono que ya no puede escudarse en instancias "europeas"- culmine en el atentado contra la profesión de profesor de bachillerato que denunciaba el pasado 3 de noviembre el Manifiesto publicado en este mismo periódico: reconociendo implícitamente el fracaso antes incluso de su implantación, la administración educativa admite que los nuevos títulos no capacitan a los egresados para la docencia, salida profesional casi exclusiva de los estudiantes de humanidades; pero, en lugar de complementarlos mediante unos conocimientos avanzados que paliarían el déficit de los contenidos científicos recortados, sustituye estos por un curso de orientación psicopedagógica que condena a los profesores y alumnos de secundaria a la indigencia intelectual y supone la desaparición a medio plazo de los estudios universitarios superiores en humanidades, ya que quienes necesitarían cursarlos se verán empujados por la necesidad a renunciar a ellos a favor del cursillo pedagógico.

Todos los que trabajamos en ella sabemos que la universidad española necesita urgentemente una reforma que ataje sus muchos males, pero no es eso lo que ahora estamos haciendo, entre otras cosas porque nadie se ha molestado en hacer de ellos un verdadero diagnóstico. Lo único que por ahora estamos haciendo, bajo una vaga e incontrastable promesa de competitividad futura, es destruir, abaratar y desmontar lo que había, introducir en la universidad el mismo malestar y desánimo que reinan en los institutos de secundaria, y ello sin ninguna idea rectora de cuál pueda ser el modelo al que nos estamos desplazando, porque seguramente no hay tal cosa, a menos que la pobreza cultural y la degradación del conocimiento en mercancía sean para alguien un modelo a imitar.

José Luis Pardo es catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid.