José Antonio Fortea: mi vida es una historia de prohibiciones
Entrevista de José Antonio Fortea
Acaba de publicar su biografía “Memorias de un exorcista”
(MR-ediciones)
El exorcista José Antonio Fortea afirma que su vida es una historia de prohibiciones, que no ha contado con el apoyo de muchos obispos -”ni un mínimo gesto”- en su trabajo para liberar posesos, y que su auténtica pasión es la de hacer apostolado mediante la literatura.
En una entrevista con Efe, el padre Fortea, que acaba de publicar su biografía “Memorias de un exorcista”, reconoce, en un tono no exento de decepción, que permanentemente recibe invitaciones de todo el mundo para dar conferencias, desde América a Europa, -en Madrid muy pocas- y, sin embargo, jamás ha recibido una para hacerlo en su diócesis, la localidad madrileña de Alcalá de Henares, donde tiene su parroquia. Y agrega que no sería la primera vez que, en pleno viaje hacia Estados Unidos “cruzando el Atlántico” para pronunciar una conferencia programada con mucha antelación, ha tenido que “sufrir, en carne propia, el aviso de que había sido suspendida por indicaciones de la jerarquía eclesiástica”.
“Mi vida, reconoce, ha sido una constante historia de prohibiciones… para hablar con la prensa, para pronunciar conferencias y para practicar exorcismos en muchas diócesis. Menos mal -agrega- que no me pueden prohibir pensar ni escribir”.
“Siempre obedeceré las indicaciones que se me hagan, porque no tengo ningún plan revolucionario para cambiar la Iglesia, y porque a pesar de los errores y de las cosas que se hacen mal -hace cinco siglos era mucho peor que ahora-, la Iglesia va evolucionando y mejorando”.
Fortea dice en su libro, publicado por la editorial “MR” del Grupo Planeta, que es una persona bastante tradicional y que ya se lo dijo algún obispo cuando empezó su formación en el seminario de Pamplona.
“Pero tradicional, dice a Efe, no significa tradicionalista. Soy honesto y no pretendo presentarme como adalid de la modernidad a pesar de que me entiendo muy bien con el ala más progresista -curiosamente los que menos problemas me suelen dar-, de que tengo buena relación con los medios de comunicación, y de que dialogo con todos y comparto muchas cosas”.
“Mi visión de la Iglesia es la que aparece en los santos Evangelios, en realidad una visión bastante pía de las cosas. Para mi es una cuestión teológica fundamental el que la Iglesia es un misterio puesto por Dios y que tiene la intervención del Espíritu Santo”.
”Si sólo fuese una comunidad de personas, dice el padre Fortea, me habría casado, hubiese vivido bien y no sería sacerdote. Pero yo creo en esa Iglesia de santos como Teresa de Calcuta, el padre Pío, o San Ignacio de Loyola, en esa Iglesia en la que puedes inmolarte, -digámoslo así- y por lo tanto me inclino y me arrodillo ante el Espíritu Santo. En ese sentido sí soy tradicional”.
El problema, apostilla, “es que todo al final se plantea como una batalla… Si yo tuviera que elaborar las normas, en materia sexual, por ejemplo, no habría ningún pecado, salvo en cuestiones como la pederastia…”.
“Entiendo que dos homosexuales se enamoren…, pero yo tengo que obedecer y no puedo romper con algo que tiene el aval de todos los santos y los místicos, porque ellos tenían una conexión directa con Dios y, por lo tanto, no están equivocados y la Iglesia, entonces, merece la pena”.
Sobre sus “memorias”, en las que narra por qué se inicio en el exorcismo y describe sus experiencias al respecto, afirma que las escribió tras recibir la sugerencia de un amigo, al que comentó que quería escribir un libro, en el sentido de que mejor escribiese sus memorias.
Fui escribiendo un diario, explica Fortea, sobre lo que iba ocurriendo en mi vida, y al final surgió este libro, que tendrá continuidad en otros, “porque tengo ya mucho más escrito en el diario que llevo, que lo publicado en esta obra”.
A la pregunta de si en sus actuales memorias existen muchos silencios, Fortea reconoce que es así, pero que “como el cardenal Martini, llegará la ocasión en que podré contar todo lo que me ha sucedido, y citar a las personas con nombres y apellidos”.
En relación con las posesiones diabólicas y si siguen produciéndose, indica que “todos los años me encuentro con tres o cuatro casos”, y agrega que en Europa van en aumento por la tendencia a participar, sobre todo los jóvenes, en actos de espiritismo y el juego de la wuija.
domingo, 26 de octubre de 2008
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