martes, 9 de septiembre de 2008

Enrique Bunbury, plagiario

Una apropiación "indecente"

La familia del poeta Pedro Casariego acusa a Bunbury de copiar sus escritos - El verso 'Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás' da título al 'single'

ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS - Madrid - 09/09/2008


¿Copia o simple coincidencia? ¿Una "chorrada" o una apropiación "indecente" que infringe los derechos fundamentales de la propiedad intelectual? La polémica enturbia el lanzamiento del último trabajo de Enrique Bunbury, Hellville de Luxe, que se publica el próximo 7 de octubre. La culpable: una canción anunciada como single estelar y titulada con uno de los versos más conocidos del poeta madrileño Pedro Casariego Córdoba: Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás.

Nicolás Casariego: "Entre la elegancia y la chulería hay una gran diferencia"
"Haría falta un libro entero para citar sus fuentes", dice el 'manager' del músico

La frase, publicada en 1987 en el poemario La vida puede ser una lata, se convirtió en seña de identidad del poeta, que se suicidó en 1993 a los 37 años. Bunbury, que no cita la fuente, además incluye en la misma canción otras dos frases que pertenecen a Casariego. "Lucharé contra todos los que digan lo mismo que yo" (Casariego escribió en el poema Te quiero porque tu corazón es barato (1980) "Lucharé contra todos los que digan lo que yo digo") y "Veo misterios en algunas mujeres y detectives en los hombres de hoy" (Casariego dijo en una entrevista publicada en Sur Exprés y reproducida en otras publicaciones: "Veo misterios en algunas mujeres y detectives en algunos hombres").

Bunbury no pudo responder ayer a este periódico porque estaba ocupado con asuntos familiares pero el sábado, durante la presentación en Zaragoza de su nueva gira y su nuevo disco, declaró a El Periódico de Aragón: "No es ni plagio ni nada. Es lo que hacemos los escritores en todos los ámbitos: recoger frases de la calle, de los periódicos, de los bares y, por supuesto, de los poetas. La acusación es una chorrada. Y si no que le pregunten a Dylan. ¡No me jodas! Que no sean superficiales. En la misma canción hay una frase que está sacada de un titular de la sección de Economía de un periódico, y nadie se ha dado cuenta".

Su manager, Ignacio Royo, matizaba ayer la declaración y añadía: "Enrique ha comprobado en sus cuadernos de notas -tiene decenas de ellos- que efectivamente tomó nota de varias entrevistas a Pedro Casariego, como lo hace de tantas cosas que le gustan y va absorbiendo. Pero de ahí a acusarle de plagio es absurdo y, lo siento, una pijada. Es una coincidencia y nada más". Al sugerir la posibilidad de citar simplemente en el disco a las fuentes de inspiración Royo añade: "Necesitaríamos un libro entero para citar sus fuentes de inspiración. No tiene sentido".

Nicolás Casariego, portavoz de la familia del poeta, sorprendido con lo que considera una apropiación "indecente" del legado de su hermano, señaló ayer: "Si Bunbury u otro creador se inspiran en la obra de Pedro, fenomenal. La cultura es y debe ser un animal vivo. Pero hay una gran diferencia entre la copia y el homenaje, entre la elegancia y la chulería. Tomar versos de Pedro para una canción, incluso para su título, ocultándolo, no es ninguna chorrada. Si te inspiras en alguien, sé al menos honesto, da a conocer tus fuentes. Entre escritores y artistas hay que guardar las formas, reconocerse, porque ésa es la manera de crecer, de que no valga todo".

No es la primera vez que un músico utiliza el arquetipo contemporáneo del hombre delgado ni los versos de Pedro Casariego. Ya en el primer libro-disco del grupo El hombre delgado (editado por El Europeo en 2005) se cerraba el volumen con la cita de Pedro Casariego que hoy utiliza Bunbury sin reconocer la fuente. "Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás' no es una frase cualquiera", añade Nicolás Casariego, "es la seña de identidad de un poeta, mi hermano Pedro. Tal y como habla Bunbury parece que lo normal es apropiarse de las obras ajenas y no citarlas, pero eso lo hace él, que además parece empeñado en ocultarlo. Algo que podría ser un juego literario al alcance de cualquier creador, en sus manos se convierte en una apropiación indecente. Es, y nunca mejor dicho, una línea muy delgada, entre lo que es copiar y crear a partir de algo. Y esa línea delgada es todo menos una chorrada".

José María Segovia, letrado de los servicios jurídicos de la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE), explica que desde el momento en que se puede acreditar de forma "técnica" que un autor se ha inspirado sin permiso en otra obra es posible hablar de infracción. "Un plagio es una transformación y transformar una obra sin permiso es una infracción. El Código Penal regula el plagio pero además la Ley de Propiedad Intelectual protege el derecho moral del autor para exigir el respeto a la integridad de su obra. De todos modos, en estos casos uno más uno nunca son dos y lo normal es subsanar los daños con un reconocimiento expreso".

No hay comentarios: