VALÉRIE TASSO ENSEÑÓ LOS SECRETOS A MERCÈ LLORENS
Aprendiendo a pasar por una prostituta de lujo
Actualizado domingo 21/09/2008 03:47
EDUARDO FERNÁNDEZ
MADRID.- "Lo más importante es la discreción, el vestir bien, no preguntar demasiado, no llamar la atención, no caer en el estereotipo de mujer hipermaquillada, ser capaz de tener todas las conversaciones del mundo sin pestañear...". La clase ha comenzado. ¿Pero de qué? Mercè Llorens hace las veces de aprendiz; Valérie Tasso, de maestra. Una es la protagonista de '700 euros, diario de una call girl'; la otra, ofreció durante años "un talento sexual a cambio de dinero". La prostitución de lujo es la asignatura.
A dos días de que concluya la serie de Antena 3, la actriz se examina junto a su profesora de los conocimientos transmitidos antes de las grabaciones. Las alfombras del hotel Westin-Palace amortiguan los golpes de sus tacones y, para añadir glamour y sensualidad, se comunican en francés.
Cuando Tasso conoció a Llorens pensó: "Es la chica ideal". "Puede pasar perfectamente por la estudiante de cuarto curso o por una alta ejecutiva. Tiene un principio de ingenuidad que yo creo que es un poco falso", resume sonriente mientras su mirada la recorre. De eso se trata: de ser y no parecer, de "misterio". Llorens no olvidará nunca la primera lección de Tasso: "Siempre la justa distancia: no te acerques demasiado, que pincho. Pero no te vayas lejos, porque soy el animal más bello. Compórtate como un erizo", repasan acompasadas.
Las calificaciones de la audiencia (17,1% de share en su último capítulo emitido) demuestran que Llorens ha sido aplicada en su papel de Luna, una chica de pueblo ingenua e inocente que llega a la capital y acaba prostituyéndose para pagar una operación ajena a vida o muerte.
En su primera toma de contacto con la prostitución de lujo tuvo alguna sorpresa: "Cuando quieres ofrecer una calidad y un nivel que la gente va a pagar, tienes que ultimar todos los detalles: tus uñas, tu cuerpo, tu cultura, tu información...". No sólo es una cuestión corpórea, como aclara Tasso: "Hay que estar al tanto de la Bolsa, de la Liga de fútbol... Si hablas idiomas, mucho mejor". Sus 'mandamientos' desconocen los límites:
–No digas nunca que acabas de llegar de otro servicio. No digas nunca que tienes muchos clientes. No utilices nunca vaselina, porque está hecha a base de aceite y eso daña los preservativos. Usa glicerina. –¿Por qué entró en la prostitución de lujo?–Para conocerme a mí misma. Poca gente se ha atrevido a decir esto.
Sexóloga, escritora y ex prostituta, Tasso ve en la salida al mercado de su libro Diario de una ninfómana (2003) la mecha que ha activado el boom de las series sobre prostitución. "'Sin tetas no hay paraíso' me suena a cierto proselitismo de la cirugía plástica mamaria. Cuando vi el título, me eché a reír a carcajadas", asegura, poco antes de rememorar el punto de partida de sus confesiones: "Me estaba jugando el pellejo, mi prestigio y todos mis amigos, que, por cierto, han desaparecido". Pero el suyo es un caso intransferible, alejado de la reprobable prostitución forzada, como subraya a las jóvenes que le piden consejo vía mail.
Llorens pone como ejemplo '700 euros', en la que "hay personajes que han entrado por necesidad, otros por maltrato, otro porque antes lo era su madre, otro por gusto...". Sin embargo, Tasso establece rigurosas diferencias, y puede clamar más alto, pero no más claro: "Cuando las feministas equiparan la prostitución con la violencia de género, da la sensación de que nos están intentando restar a otras mujeres la libertad individual por la que ellas han estado luchando toda la vida".
La solución, entonces, ¿pasa por la legalización? "Tenemos que hacer una rehabilitación moral. Si se legaliza, solamente señalaremos a la prostituta y diremos 'mira, una puta que paga sus impuestos'", recuerda Tasso. Su alumna aventajada le da una respuesta de sobresaliente: "Hace falta muchísima educación sexual. He ido a 17 escuelas en mi infancia y prácticamente en ninguna me han enseñado nada".
Habrá que recurrir a la tele o al saco sin fondo de internet, pensarán algunos. Tasso no da el aprobado: "Los medios sólo hacen prevención, didáctica y espectáculo. Nunca se habla de los beneficios del sexo". Tampoco tiene problema en tratar los beneficios económicos: "700 euros una hora; 3.000, toda la noche". Llorens reconoce la cuantía del negocio: "Ya me gustaría a mí cobrar 700 euros".
A Luna le queda sólo un episodio para hacer caja y, por supuesto, arreglar su descorazonadora historia, aunque será Thalía quien dé la cara. "Es su nombre de profesión", aclara Llorens. "De guerra", la corrige Tasso. Thalía pasa desapercibida, mantiene el misterio y cuida su vestimenta al milímetro. Ha tenido una buena fuente. "Y nunca lleva 'jeans'", revela Llorens. "A no ser que el cliente lo pida", puntualiza su maestra.
domingo, 21 de septiembre de 2008
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