viernes, 18 de julio de 2008

Pobre Adolfo Suárez

Reencuentro de dos amigos


ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS aBC, 18-VII-2008. MADRID.

La enfermedad de Adolfo Suárez no ha podido romper el profundo afecto que Su Majestad el Rey siente por su viejo amigo, con el que afrontó los años duros y difíciles de la Transición. Un afecto que seguramente el ex presidente del Gobierno también mostraría, si la enfermedad no le impidiera ser consciente de ello. Es más, Adolfo Suárez ni siquiera reconoció ayer a Sus Majestades los Reyes cuando acudieron a visitarle en su residencia de la madrileña urbanización de La Florida. Pero en cuestión de minutos, Don Juan Carlos y Doña Sofía volvieron a ganarse el afecto del ex presidente del Gobierno. «Fueron cariñosísimos y afectivos. Estuvieron encantadores y atentos», resumió a ABC Adolfo Suárez Illana. La enfermedad, una demencia senil degenerativa, ha robado a Adolfo Suárez la capacidad de dialogar, pero no ha podido con el mundo de los afectos, y Don Juan Carlos y Doña Sofía se volcaron en ese lenguaje de miradas y de cariño, que tan bien entiende el ex presidente.

La visita tuvo lugar pasada la una de la tarde, cuando finalizó la audiencia que los Reyes ofrecieron a la Ruta Quetzal. Desde el Palacio Real, Don Juan Carlos y Doña Sofía se dirigieron discretamente a la casa del duque de Suárez, que en esos momentos se encontraba acompañado por sus hijos. «En tres minutos, se han metido el uno al otro en el bolsillo», relató a ABC el hijo del ex presidente en referencia al Rey y a su padre.

Paseo por el jardín

Los dos amigos, el Rey y el ex presidente, estuvieron paseando juntos por los jardines de la residencia familiar mientras Don Juan Carlos le pasaba el brazo por encima del hombro. Fue precisamente en ese momento cuando Adolfo (hijo) se ofreció a tomar unas imágenes con su cámara de fotos como testimonio de la visita.

Una de esas cinco o seis fotografías, en las que ambos aparecen de espaldas, es la que hizo pública anoche la Casa de Su Majestad el Rey a través de su página web, con un escueto texto: «Sus Majestades los Reyes han acudido este mediodía (por ayer) al domicilio familiar del ex presidente del Gobierno D. Adolfo Suárez, para hacerle entrega en el transcurso de un encuentro privado de las insignias del Toisón de Oro, que le fue concedido por Su Majestad el Rey al duque de Suárez el pasado año».

Estable en su enfermedad

El hecho de que se haya elegido una imagen en la que ambos aparecen de espaldas nada tiene que ver con la enfermedad que padece Suárez, cuyo aspecto físico sigue siendo el mismo de siempre aunque con unos años más. «No queríamos romper la intimidad», explicó Adolfo (hijo), quien añadió que su padre lleva un año estabilizado en su enfermedad.

Aunque es prácticamente imposible establecer una comunicación real con Suárez, el político sí comprende algunas palabras, como «te quiero», y se muestra receptivo y sensible a las emociones. En un momento de la visita, que se prolongó alrededor de una hora, Doña Sofía llamó «guapo» a Suárez, palabra que fue recibida con mucha alegría -«pegó un brinco»- por el ex presidente del Gobierno, quien siempre ha tenido fama de presumido.

Desde que empezó el proceso degenerativo que afecta a Suárez, los Reyes no han dejado de interesarse por él. Don Juan Carlos le ha visitado en algunas ocasiones y, periódicamente, ya sea el Rey o la Reina se ponen en contacto con la familia para preguntar por el artífice de la Transición.

Sin embargo, hacía tiempo -algo más de un año- que Don Juan Carlos no había visitado al primer presidente de la Democracia, y ayer pudo cumplir por fin su deseo. Hace un año ya le había brindado el mayor homenaje que puede rendir el Rey: conceder el Collar de la insigne Orden del Toisón de Oro, que es la máxima distinción que otorga la Casa Real española. Esta Orden fue fundada en 1429 por Felipe el Bueno, duque de Borgoña. Cuando su nieta María se casó en 1477 con Maximiliano de Austria -pocos años después emperador- la orden pasó a la Dinastía Habsburgo y a partir de su nieto, Carlos I de España y V de Alemania, quedó vinculada a la Corona española. El Monarca le concedió el Toisón de Oro a Suárez en vísperas del trigésimo aniversario de las primeras elecciones de la Democracia, y ayer le entregó personalmente las insignias del Toisón.

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